Cientos de personas de 50 a 59 años acudieron ayer desde temprano a algunas de las seis sedes ubicadas en Gustavo A. Madero para recibir la vacuna contra el Covid-19, donde se atendió también a adultos mayores de 60 años que no acudieron a su cita, al igual que en los módulos acondicionados en Iztapalapa.
Desde antes de las 8 horas se observó una larga fila para ingresar a la Escuela de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional y “ser de los primeros en recibir la vacuna, para después ir a trabajar y no nos vayan a descontar el día”, dijeron entrevistados.
El acceso, destacaron, “fue muy rápido, gracias a la buena organización, pero adentro tuvimos que esperar no más de una hora para que estos muchachones estemos protegidos y dejar atrás el miedo y la incertidumbre”.
La sugerencia de no fumar y no consumir alcohol en tres semanas, sin embargo, sorprendió a muchos, pues “no podremos echarnos una copita el 10 de mayo, y si viene la otra dosis ni siquiera celebrar, como se debe, el Día del Padre”, comentaron.
Con la vigilancia de efectivos de la Guardia Nacional, personal del Instituto Mexicano del Seguro Social aplicó el biológico ruso Sputnik V, que consiste en dos dosis con un intervalo de entre 21 y 60 días una de la otra, explicó Irina Mendiola, responsable del área de vacunación.
Comentó que las dudas entre las personas de este rango de edad son similares a las de los adultos mayores, aunque es “muy curioso que pregunten si pueden beber, y la sugerencia es que no lo hagan para evitar una infección externa que evite una protección cien por ciento”.
Los médicos y enfermeras del IMSS, como María del Refugio Flores Chávez, mostraban a la persona la ampolleta con el líquido para después aplicarlo y pasarlos al área de observación, donde ejercitaron pies y manos al ritmo de Timbiriche, Lorenzo Antonio o una cumbia.
Adultos mayores de Iztapalapa recibieron su segunda dosis de la vacuna Sputnik V en la sede del Servicio de Transportes Eléctricos, en una jornada calificada de “tranquila” por los funcionarios, ante la poca afluencia de personas.
El señor Homero señaló que nunca perdió la esperanza de recibir su segunda dosis, ante los rumores de que las vacunas tardarían en aplicarse, pero “siempre tuve fe en que eso no iba a pasar, sólo era cosa de esperar y mire, ya estoy completamente protegido”.