Desde la creación del Instituto Nacional Electoral (INE) en 2014, en los comicios federales y locales se ha registrado una alternancia cercana a 65 por ciento de la totalidad de cargos en disputa, en la que se incluyen diputaciones locales y alcaldías.
A nivel gubernaturas, en 24 procesos se ha consumado el cambio de partidos en el poder, en las que en nueve ocasiones ganó el PAN, en siete Morena, cinco el PRI y tres para otras fuerzas, mientras en casi una veintena de votaciones el Congreso ha cambiado de manos, 17 de las cuales Morena se ha erigido como la nueva fuerza mayoritaria en los legislativos estatales.
En los objetivos de la reforma electoral de 2014, que transformó el Instituto Federal Electoral en INE, el principal cambio fue la corresponsabilidad de este organismo en comicios locales. La reforma –se indicó en la exposición de motivos– pretende recuperar las experiencias exitosas a nivel federal para minimizar dos tipos de riesgos: la injerencia ilegal de los poderes públicos o de facto en la toma de decisiones de autoridades y evitar errores de procedimiento en comicios locales que susciten críticas y suspicacias sobre los resultados.
Actualmente, son sólo cinco entidades que jamás han registrado una alternancia en la gubernatura, siempre bajo el ámbito priísta: Campeche, Colima, Coahuila, Hidalgo y el estado de México. Sin embargo, aun en estos casos, en este periodo se han registrado cambios importantes, pues con excepción de Coahuila, en otros estados el tricolor gobierna con el control del Congreso en manos de Morena. Ahora, este partido tiene mayoría en más de la mitad de los legislativos estatales (18), consecuencia de su vertiginoso crecimiento electoral y por sus alianzas.
Surgido prácticamente en paralelo al INE, Morena –que ha criticado su imparcialidad en esta elección y descalificado su desempeño– es uno de los partidos que más ha crecido no sólo en los congresos, sino también en los gobiernos de las capitales estatales, pues casi la mitad están bajo su administración, al igual que algunas de las principales ciudades como Tijuana, Acapulco, Ciudad Juárez y buena parte de las alcaldías en la Ciudad de México y de los populosos municipios conurbados mexiquenses.
Desde que se creó el INE, el blanquiazul es el que ha ganado más gubernaturas cuando se ha registrado alternancia –además de preservar entidades como Baja California Sur, Guanajuato o Tamaulipas– con nueve: Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Puebla (que tras el fallecimiento de Martha Ericka Alonso perdió en las extraordinarias), Querétaro, Veracruz (en una elección de gobernador de dos años), Yucatán, así como en alianza, Nayarit y Quintana Roo.
El caso del PRI, aun cuando en este periodo ha reconquistado cinco gubernaturas, producto de la alternancia (Guerrero, Oaxaca, San Luis Potosí, Sonora y Sinaloa), el crecimiento de la pluralidad en siete años es negativo, toda vez que ha perdido el control en 12 entidades y de los 11 estados que gobierna, en nueve perdió el control del Congreso.
La alternancia en estos siete años ha alcanzado a otras fuerzas: el PRD ganó la única que aún gobierna en solitario, Michoacán, aunque preserva dos en alianza con el PAN; Movimiento Ciudadano, en Jalisco, y el independiente Jaime Rodríguez Calderón completan el cuadro de la actual pluralidad en el país.