En el planeta hay una tendencia a impulsar la “responsabilidad extendida del productor” en el desecho de mercancías electrónicas, plásticos y aceites; de esta manera, la industria tiene la obligación de hacerse cargo de éstas cuando termina su vida útil. En cambio, en México sólo se plantean cambios legislativos para el caso de plásticos y se mantiene la corresponsabilidad con los ciudadanos en la generación de basura.
Adicional a esto, en el proyecto de dictamen de modificaciones a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos se propone el pago de derechos por el servicio de limpia, lo cual daría paso a la privatización de este rubro, advierten expertos.
En el caso de los plásticos, su fabricación en el país es de tal magnitud que, tan sólo en la producción de envases PET desechables, México ocupa el cuarto lugar mundial –después de China, Estados Unidos y la Unión Europea– con 50 mil millones de unidades al año, de las que al menos mil millones (casi 30 mil toneladas) se van al océano, dijo Esteban García-Peña, de Oceana México.
El dictamen de la ley de residuos que está en el Senado beneficia a la industria, no toma en cuenta los planteamientos de las organizaciones y menoscaba los compromisos sobre la “responsabilidad extendida del productor”, lo cual implicaría que la industria asuma una mayor responsabilidad en la colecta y transformación de los plásticos, indicó.
José Manuel Arias, de la Asociación Ecológica Santo Tomás, señaló que el dictamen determina que las entidades establecerán los mecanismos para definir los derechos de cobro por la prestación del servicio de recolección que realice el municipio o los estados. También apuntó que, hasta ahora, los municipios han tenido la obligación de realizar el servicio, por lo tanto se pagan impuestos pero, con un segundo cobro a la ciudadanía, ésta subsidiará a las empresas de manera directa.
La industria debería colaborar en la creación de infraestructura, ya que lo recolectado son sus desechos, propuso Ornela Garelli, de Greenpeace. Al no haber responsabilidades claras para las empresas, la carga termina en los ciudadanos, quienes “no sólo sufren las externalidades negativas, sino que se les hace cargo de cubrir a las empresas con los impuestos”, agregó Garelli.
Mientras cada mexicano genera en promedio 854 gramos de residuos sólidos al día, los municipios, que se encargan de manejarlos, carecen de recursos para este rubro y realizan de manera inadecuada la separación de la basura, además sigue sin funcionar la “responsabilidad compartida” con los productores de las mercancías que generan los desechos, advirtió Arturo Gavilán, del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (Inecc).
Hay un llamado para pasar a la “responsabilidad extendida del productor”, es decir, hacer responsables a los fabricantes de sus productos y del reciclaje de los residuos que generan, explicó Marisa Jacott, de Fronteras Comunes, durante el Conversatorio sobre la responsabilidad extendida del productor que México necesita; en resumen, se trata de impulsar la basura cero.