Pemex informó que en el primer trimestre de 2021 logró reducir sus pérdidas en casi 94 por ciento respecto de las registradas en el mismo periodo de 2020, aunque subrayó que el saldo negativo que reportó “no fue generado por factores operativos ni de ingresos o costos de la empresa, sino por la valuación de los saldos de deuda” heredada por los gobiernos neoliberales. Al mismo tiempo detalló que la empresa productiva del Estado acumula cinco meses de alza en su producción.
Cierto es que falta camino por andar, pero las acciones tendientes a reflotar a Pemex (una decisión del presidente López Obrador) y de nueva cuenta colocarla entre las primeras petroleras del mundo ha sido una labor titánica, toda vez que la actual administración recibió una empresa destrozada –siempre con la intención de ceder todo el espacio al capital privado– y consumida por la corrupción.
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados analiza la información divulgada por Pemex, de la cual se toman los siguientes pasajes: En el primer trimestre de 2021 los ingresos petroleros del sector público se ubicaron en 204 mil 551 millones de pesos, monto inferior en 29 mil 509 millones respecto a lo programado, pero superior en 45.6 por ciento en términos reales, si se compara con lo observado en igual periodo de 2020.
Esta caída respecto de lo programado se deriva del descenso de 8.1 por ciento en la plataforma de producción de hidrocarburos, de las menores ventas internas de derivados del petróleo y de una mayor compra de combustibles para reventa, factores que fueron compensados parcialmente por el incremento de los precios del petróleo de 8.3 dólares por barril, lo que significó un aumento de 19.1 por ciento respecto al precio esperado.
Además, hay que considerar las aportaciones patrimoniales del gobierno federal a Pemex (32 mil 62 millones de pesos) que le permitieron fortalecer su posición financiera, vía mayor inversión y amortización de deuda. Ello ha permitido que la empresa productiva del Estado desarrolle nuevas fuentes de recursos de largo plazo para el Estado mexicano y no tiene impacto en las finanzas del sector público, dado que tiene como fin la amortización de débito de la empresa.
En su comparación anual, la mejoría de los ingresos petroleros obedece al alza de 7.4 por ciento en el precio del petróleo crudo y de 25.2 por ciento en el gas natural, además de las mayores aportaciones patrimoniales del gobier-no federal. Particularmente, se observa que di-chas aportaciones representaron 13.1 por ciento de los ingresos presupuestarios. Sin duda, esta recuperación refleja el mejor nivel observado en el precio de la mezcla mexicana, que pasó de 41 dólares por barril en el cuarto trimestre de 2020 a 55.5 dólares durante el primer trimestre de 2021, lo que impulsó el valor de las exportaciones petroleras (aumentaron 25.2 por ciento de enero a marzo del presente año). Tal aumento derivó del crecimiento en el volumen de exportaciones de crudo y de otros productos petroleros con relación al trimestre previo.
En la actualización de las estimaciones del cierre de finanzas para este ejercicio fiscal, se contempla que se podrían obtener ingresos petroleros adicionales por 91 mil 833.7 millones de pesos sobre los estimados en la Ley de Ingresos de la Federación 2021, lo que derivaría del alza esperada en el precio del petróleo. Esta estimación es acorde con la contemplada en los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2022, que calculan una captación de un billón 28 mil 599.1 millones de pesos.
Los ingresos adicionales estimados al cierre del ejercicio derivarán en 90.5 por ciento de los ingresos propios de Pemex. Sin embargo, al cierre del primer trimestre la empresa productiva del Estado registra una captación por debajo de la estimada, en tanto que el pago de contribuciones asociadas a esta actividad sería superior en 8 mil 676.3 millones, renglón que al cierre del primer trimestre ya registra 14 mil 638 millones adicionales.
Las rebanadas del pastel
Si de crudo mexicano se trata, el Senado a-való la reforma para que Pemex retome el con-trol sobre la venta de hidrocarburos, petrolífe-ros y petroquímicos, en especial combustibles como las gasolinas, facultad que le fue arreba-tada en la “reforma” energética del sexenio pasado y la dejó en desventaja ante los competidores privados (Andrea Becerril y Víctor Ballinas).