Mariposa, fuego de autocompasión sin relación con nosotros Vacío colosal proveniente de tan tierna figura Una súplica impotente, sin fuerza alguna En tus sueños libras tu cuerpo de la mariposa Pero la mariposa es en sí misma un sueño, más profundo que tu mismo sueño.
La remota soledad comenzó por la pérdida de un broche, que alguna vez estuvo en tu solapa; y cuando se colgaron las farolas escuchaste cálidas palabras, releíste viejas cartas No recuerdas el rostro de quién las escribió, pues entre ellos
¿Hay alguien muriendo a la velocidad que escribe? ¿entrando a otro ritmo? En medio de la noche en que las lees Tu broche se perdió por siempre. Y una mariposa se fue volando, y regresó trayendo un buen augurio. Sobre sí cargando la materia imposible de explicar. Negar la mariposa de la materia es faena fútil. La materia es absoluta, no hay superficie olvidada.
La mariposa es un amor tan largo como el día Y si le añadimos la noche, se reduce a un simple beso Aún no sabes cuál entre ambas es más breve: ¿Una vida o una mariposa de una noche y un día? Hermosa es la mariposa y sin embargo, cruel es su apariencia.