Habitantes de la alcaldía Iztacalco se convirtieron ayer en “tapabaches”, a fin de arreglar los más de 400 contabilizados en la calle Vainilla, en la colonia Granjas México, pues “con las lluvias se llenan de agua y se convierten en verdaderas trampas para los automovilistas”.
Tras dos años de “mentiras y engaños de la alcaldía”, la gente decidió aportar dinero para “arreglarlos y evitar que nuestras casas se sigan cimbrando al paso de los tráileres que circulan a toda hora por esta calle al estar cerrada Añil”, explicaron.
La detección de una toma clandestina en 2019 frente a la terminal de almacenamiento y despacho de Petróleos Mexicanos, provocó el cierre de esa vialidad y el encauzamiento de toda la carga vehicular por Vainilla, “sin que hayan arreglado el lugar del huachicoleo”.
Hoy, destacaron Óscar Montiel y Simón Figueroa, ambas calles son un riesgo para automovilistas y transeúntes porque, “como muchas de la demarcación, están igual de feas sin que la autoridad haya cumplido con su palabra de arreglarlas”.
El paso constante de los camiones pesados hace que la mayoría de las cerca de 60 casas a lo largo de la calle, donde prevalecen fábricas, se cimbren, y “tememos que causen daños estructurales que afecten nuestro patrimonio”, comentaron.
Desde la administración pasada, recordaron, se solicitó que se atendiera este problema, pero “a la fecha hemos sido ignorados, por lo que decidimos organizarnos con el fin de taparlos, para lo cual se solicitó una aportación, que permitió juntar 7 mil pesos”.
Con esos recursos se compraron seis costales de pavimento frío, el que “colocamos en cada hoyo y lo aplanamos con tubos metálicos. Los estamos parchando, sí, pero no tenemos otra opción ante el riesgo que enfrentamos por las lluvias”, señalaron.
La “jornada de bacheo” se realizó en el cruce de las calles Vainilla y Añil, donde “existen baches de hasta dos por tres metros de diámetro y un vehículo podría quedar fácilmente atascado o dañar sus llantas o amortiguadores sin que autoridad alguna se haga responsable”, dijeron
Ambas vialidades, aseguraron, son ejemplo de cómo están decenas de calles a lo largo y ancho de la demarcación, cuyas autoridades “se enfocan a atender los alrededores de hoteles, como en Río Churubusco, pero no las calles de zonas habitacionales”.
La omisión de las autoridades “nos obliga a actuar para mejorar nuestro entorno, aunque tengamos que destinar parte o mucho de los pocos recursos con que contamos, porque los agujeros seguirán creciendo y el riesgo de un accidente es latente”, puntualizaron.