De enero a marzo pasados, el número de niños migrantes en México, acompañados y no acompañados, se incrementó sustancialmente al pasar de 380 a cerca de 3 mil 500, de acuerdo con estimaciones del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Silvia Giorguli Saucedo, presidenta de El Colegio de México, señaló que este incremento, “responde más a un fenómeno de reunificación y migración de unidades familiares, distinta a la que ocurre por razones económicas en la población adulta joven, por lo que su abordaje no puede ser igual”.
En entrevista con La Jornada, destacó que se debe impulsar su atención por refugio, asilo o protección humanitaria. Recordó que México “ya lo ha hecho: con los refugiados centroamericanos en los años 80 y con los llamados niños de Morelia, en el gobierno del general Lázaro Cárdenas, que eran enviados por sus padres para salvarlos de la guerra”.
Indicó que de abril a diciembre de 2020 “hubo una caída de la migración centroamericana, y volvimos al patrón de movilidad de adultos jóvenes”, pero ahora tenemos este repunte de la migración de unidades familiares y de menores solos.
Lo que presenciamos, declaró, es resultado de una maduración de la comunidad latina, no sólo mexicana, en Estados Unidos, y de familias que llevan mucho tiempo separadas. Destacó que hay otro fenómeno que “se mezcla con la movilidad y las actividades del crimen organizado, que ya no son el pollero que por mil 200 dólares te cruzaba, ahora es una industria que cobra a las familias 10 mil dólares”.