Seúl. Corea del Norte acusó el domingo al presidente estadunidense Joe Biden de llevar a cabo una política hostil y calificó de "falaz" la diplomacia de Estados Unidos.
Ello se produce después de que Biden dijera que usaría "la diplomacia" pero también "una severa disuasión" para contener las ambiciones nucleares de Pyongyang.
En un comunicado difundido por la agencia de noticias norcoreana KCNA, se advirtió a Biden que había cometido un "gran error" con su postura "desfasada" hacia el país.
"Su declaración refleja claramente su intención de proseguir una política hostil frente a la RPDC (República Popular Democrática de Corea), lo que hace Estados Unidos desde hace más de medio siglo" declaró Kwon Jung Gun, un responsable del ministerio norcoreano de Exteriores.
"La supuesta diplomacia estadunidense es una falacia destinada a encubrir sus actos hostiles y la disuasión anunciada es un medio de someter a amenazas nucleares a la RPDC", agregó.
En otra declaración también difundida por la KCNA, Exteriores acusó a Biden de insultar a Kim Jong-Un y añadió: "Hemos advertido a Estados Unidos lo suficiente como para que entienda que saldrá perjudicado si nos provoca".
La Casa Blanca afirmó el viernes que su objetivo sigue siendo "la completa desnuclearización de la península coreana".
En abril, el presidente surcoreano Moon Jae-in, que visitará la Casa Blanca el 21 de mayo, instó a Biden a dialogar directamente con Kim sobre la desnuclearización.
En otro comunicado divulgado este domingo, la poderosa hermana del líder norcoreano, Kim Yo Jong, criticó con dureza el reciente envío de octavillas hostiles a Pyongyang, desde el Sur, por parte de opositores a Corea del Norte.
"Observamos estas maniobras cometidas por desechos humanos en el Sur como una grave provocación contra nuestro Estado y estudiaremos las medidas que convienen como respuesta" dijo Kim.
Estas octavillas, enviadas por el aire en esos globos inflables o a través de flotadores en ríos de la zona desmilitarizada que separa a ambas Coreas, son utilizadas desde hace tiempo por militantes del Sur para denunciar al régimen de Kim Jong Un y hacer llegar mensajes a los habitantes del Norte.
Estas prácticas suscitan la cólera de Pyongyang, que las ha criticado con violencia y, para mantener la presión diplomática, no ha dudado en suspender un proyecto de comunicación fronteriza.