Madrid. La Comunidad de Madrid, una de las 17 autonomías que integran el Estado español, pero quizá la más importante por su influencia política, económica y comercial, vivirá este martes una de las elecciones más crispadas, tensas y enfrentadas de su historia. Aunque las encuestas apuntan a una victoria sin paliativos de la derecha, la cita se ha convertido por un lado en una especia de referendo a la gestión del gobierno central, del socialista Pedro Sánchez, en la pandemia del Covid-19, y por otro una enmienda a la actuación de la derecha española en la larga y polémica forma de gestionar los servicios públicos en la región, en particular la sanidad.
Las elecciones anticipadas a la Comunidad de Madrid se convirtieron desde el primer día en un asunto vital para todos los partidos convocados. En esa plaza, la más importante para el funcionamiento del Estado, se decidirán cuestiones vitales para el futuro inmediato de todas las formaciones políticas. Y además en un momento de crisis económica y social por la pandemia, que además ha derivado en una escalada de enfrentamiento verbal y hasta física que no se veía en el país desde hace décadas. La crispación y la tensión social ha sustituido al debate y a la confrontación de ideas y proyectos, hasta el punto de que a lo largo de la corta pero intensa campaña ha habido desde lanzamientos de piedras e insultos al rival hasta amenazas de muerto vía postal, con casquillos de bala incluidos.
La actual presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata del derechista Partido Popular (PP), Isabel Díaz Ayuso, fue la que precipitó el adelanto electoral; una moción de censura inesperada en Murcia, impulsada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Ciudadanos -hasta entonces socio preferencia del PP en Murcia y Madrid-. Las elecciones anticipadas también precipitaron algunos movimientos estratégicos en los partidos: el PP mantuvo íntegro su cartel, liderado por Ayuso y los consejeros de su gobierno; el PSOE decidió convertir los comicios autonómicos en una cuestión nacional, en la que se el propio presidente del gobierno, Pedro Sánchez, mantuvo un papel protagónico en la que todo giró en la forma de gestionar la pandemia de unos y otros; en Ciudadanos hubo una limpieza radical de las caras visibles, que todo indica que tampoc evitarán el naufragio total de la formación de centro derecha; Más Madrid, un partido de izquierda creado de una escisión de Unidas Podemos (UP), se confirmó como la gran alternativa de la izquierda, pero aún lejos de cosechar los apoyos necesarios para liderar el bloque. La extrema derecha de Vox mantuvo a su líder en la región, Rocio Monasterio, con su discurso incendiario contra la migración y la izquierda. Por úlitmo, la formación morada de Podemos vivió su propia convulsión, primero con el inesperado anuncipo de su líder, Pablo Iglesias, de que había decidido renunciar a la vicepresidencia del gobierno central para convertirse en candidato a la comunidad autónoma y así cerrar el paso a la “extrema derecha”, y después con el fracaso de su iniciativa de crear un bloque unitario de la izquierda para hacerle frente al PP y a su aparente hegemonía electoral.
La mayoría de las encuestas, y los expertos en sondeos electorales, advierten de que estas elecciones madrileñas serán de las más previsibles de los últimos años. Y será una victoria sin paliativos de la derecha sobre el bloque de la izquierda, con algunos vaticinios llamativos: el PP podría sumar más escaños que todo el bloque de la izquierda y duplicará como mínimo sus actuales diputados -pasará de 30 a 60 o más, con lo que rozará la mayoría absoluta—; el PSOE pasará de primera a segunda fuerza en la región y podría perder entre siete y diez escaños, llegando incluso a perder su hegemonía en el bloque de la izquierda; Más Madrid es la formación de izquierda que más ilusión genera, gracias en gran parte a su candidata, Monica García, una sanitaria carismática y comprometida; Vox mantendrá e incluso sumará algún escaños más a sus actuales doce diputados.
Los dos partido que más sufrirán las consecuencias de los comicios serán Ciudadanos, que está al borde de la desaparición en la región; y UP y su líder Pablo Iglesias, que obtendrá el último lugar de las candidatos y que ni siquiera evitará un nuevo gobierno de la izquierda. Las encrucijadas y respuestas a las elecciones madrileñas se resolverán el próximo martes.