Chilapa de Álvarez, Gro., Lo que se preveía que sería una marcha de niños armados, terminó en algo más lúdico. Después de recorrer un tramo carretero del poblado de Alcozacán, uno de los dirigentes de nombre Luis “N”, les pidió, mediante un megáfono, que pasaran a la cancha municipal a “entregar las armas”. Para sorpresa de todos, incluidos los reporteros, cuatro indígenas de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF) atendieron el llamado y abrieron los paquetes de juguetes para los niños que ordenadamente se formaron para recibirlos.
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“Estas son las armas para los niños”, dijo Luis, irónico. En el mismo espacio, el dirigente Jesús Plácido afirmó: “Nos obligan a que les demos armas, y no libros”, pareciera que el gobierno no entiende la situación por la que atraviesan 24 comunidades indígenas, que son amenazadas por el grupo delincuencial de Los Ardillos. Fueron aproximadamente 200 menores quienes se manifestaron en demanda de justicia y celebraron el Día del Niño; también reclamaron al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador Héctor Astudillo Flores haberlos criticado con anticipación porque marcharían armados; al jefe del Ejecutivo federal lo invitaron a visitar este poblado.
Apoyados por sus padres y vigilados por miembros de la CRAC-PF, los niños marcharon sobre la carretera que va de Chilapa al municipio de José Joaquín de Herrera. A la cuenta de ocho corrían coreando: “Ni pistolas ni amapola, queremos ver las olas”..
Sus padres protestan por el abandono de la región.
Allí, dos mujeres indígenas dieron lectura a sendos comunicados, uno del Consejo Indígena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata (Cipog-Ez) y otro de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), en los que reclamaron al Presidente y al gobernador el abandono en que se encuentra la región, y que hayan condenado el desfile anunciado con anticipación.
“¿En verdad están preocupados por los niños y niñas de las 24 comunidades que conforman el Cipog-ez aquí en la Montaña Baja de Guerrero? ¿O sólo les preocupa que su gobierno se vea manchado porque decidimos salir a la luz pública?”, preguntaron.
Señaló que el Presidente tiene un problema: No se toma un arma “para tomarse una foto o como le llaman en la ciudad, una selfie, ni para hacer quedar mal a su gobierno, para restarle votos a su partido, ni para favorecer a otros partidos, estos no nos interesan, todos son lo mismo, vienen a prometer y al final se olvidan de nosotros.
“Se agarra un arma, señor Andrés Manuel, para defendernos de quienes nos quieren quitar nuestras tierras, encarcelarnos, torturarnos, desaparecernos o matarnos, o sea que es una consecuencia del dolor y la muerte. Por eso decidimos constituirnos como CRAC-PF, y como Cipog-ez “y por eso hoy decidimos conmemorar este Día del Niño y la Niña”.
Si vivieran las balaceras nocturnas como “nuestras familias, nuestros hijos e hijas, entenderían de qué hablamos. Es más natural tomar un arma que un libro, aunque no se quiera”.
Antes de la marcha, una niña de unos 12 años, habitante del poblado de Tula –a unos tres kilómetros de Alcozacán–, narró el terror que viven unas 30 familias, y sobre todo los niños: “No hacemos nada. Nada aprendemos porque no vienen los profes (maestros). Ya no juegan porque nomás nos están espiando; no puedo salir (de mi casa) nomás estamos metidos adentro.
Durante la entrevista, de pronto se escucharon balazos y se dio por concluida la plática y el recorrido.