Sigamos con la transición energética. Aparecen trabajos muy sugerentes y números relevantes que conviene analizar: sobrecostos, limpieza y condiciones de integración a las redes.
Hay, además, nuevas tecnologías en desarrollo: hidrógeno, nuevas baterías, redes inteligentes y transporte eléctrico, entre otras. La transición es inevitable, pero compleja. Es ineludible extender e intensificar la electrificación, pero con desfosilización creciente y nuevos hábitos individuales, familiares y sociales en los usos finales de energía.
Un muy sugerente trabajo que ahonda en este sentido fue presentado hace unos días por investigadores de nuestra UNAM ( Hacia una transición energética que promueva el desarrollo y el bienestar social en México. J. A. del Río Portilla; L. M. Galindo Paliza; W. H. Lee Alardín; M. Robles Pérez; J. M. Saniger Blesa; E. Vega López. Vol 1. Pronunciamiento: transición energética. http://www.cic-ctic.unam.mx/). Especialistas del Instituto de Energías Renovables, de la Facultad de Economía y de la Coordinación de la Investigación Científica aseguran que “lograr el reto de la transición energética propiciará la inserción sustentable de nuestro país en la nueva economía global, cuya finalidad es conducir naturalmente hacia el bienestar social”.
Bordan en torno a cinco ideas básicas: 1. “La reactivación económica sostenida, después del confinamiento, debe efectuarse sobre una matriz energética menos contaminante, en la que predominen las energías renovables…fundamental para evitar un efecto rebote de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”.
2. “La configuración de una matriz energética que no considere las energías renovables pone en riesgo bienes públicos globales como la salud pública, el clima y la biodiversidad”.
3. “La inversión inicial requerida para la implementación de sistemas distribuidos de producción de energía se vería compensada incluso a corto plazo, debido al menor precio de las energías renovables y a que no se requiere conexión a la red de distribución central”.
4. “El uso creciente de energías renovables en sustitución de los combustibles fósiles tiene efectos de largo alcance, por ejemplo, la reducción en las emisiones de los GEI, en el cambio climático, en la pérdida de biodiversidad, en la reforestación, en la acidificación de los océanos y en el bienestar de la población”.
5. “El fomento a la generación distribuida, basada en fuentes renovables, permitirá un desacoplamiento de las emisiones de los GEI y el uso de la energía con el crecimiento económico, además del tránsito hacia la democratización de su uso”.
Conviene profundizar en algunos puntos de esta importante aportación.
Los requerimientos de conexión y respaldo en diversos órdenes: generación, estabilidad y configuración de red, dadas su incertidumbre, su intermitencia y su volatilidad.
La relevancia de juzgar su limpieza en una perspectiva integral, la de la “huella de carbono”, que obliga a reconocer efectos anteriores y posteriores a su uso.
La importancia de una ingeniería económica y de costos más fina para mejorar su comparación con otras fuentes.
Finalmente, la identificación de las condiciones para que las energías descentralizadas propicien una vida mucho más democrática. Con ello los sugerentes planteamientos de esta investigación se podrían enriquecer. De veras.
NB Nuestro queridísimo compañero de la Facultad de Economía de la UNAM, Fernando Talavera Aldana, se nos adelantó. Gran abrazo a su familia. Tan alegre…tan agudo…tan generoso… Siempre… En todo.¡Mucho lo extrañaremos!