Ciudad de México. Los precios de tortilla, huevo y frijol, tres de los alimentos más consumidos por los mexicanos debido a su bajo precio y accesibilidad, se ha encarecido durante el primer trimestre de 2021, esto como consecuencia de una combinación de factores que incluye sequía, especulación, sobredemanda, baja producción y aumentos en los costos de los energéticos.
Cuando comenzó 2021, según el seguimiento mensual de precios en establecimientos de barrio que hace la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), el kilogramo de tortilla costaba en promedio a nivel nacional 15.88 pesos, mientras al cierre de marzo pasado ya costaba 16.89 pesos, es decir, un alza de 6.3 por ciento en sólo tres meses.
En lo que se refiere al kilogramo de frijol, este pasó de 41 pesos al cierre de 2020 a 47 pesos en marzo pasado, un incremento de 14.6 por ciento. No obstante, si se toma en cuenta que antes en el mismo mes del año pasado se podía adquirir a 36 pesos, el aumento acumulado es de 30 por ciento.
Sobre el kilogramo de huevo, el precio promedio actual se ubica en 38 pesos, cuando a finales del año pasado estaba en 33; es decir, un aumento de 5.5 por ciento.
Para dimensionar el impacto, por ejemplo, una familia de cuatro personas que a la semana consume cuatro kilogramos de tortillas, cuatro de huevo y un kilogramo de frijoles, tiene un gasto mensual aproximado, sólo en esos tres alimentos básicos, de 762 pesos, cuando un año antes gastaba 706 pesos.
En entrevista, Cuauhtémoc Rivera, presidente nacional de la Anpec, organismo que por medio de sus agremiados tiene contacto directo con el consumidor, señaló que hay un “queja” general entre las familias mexicanas, dado que sus bolsillos han sido afectados por la pandemia y tienen que enfrentar mayores precios en productos básicos.
“Los precios del huevo, tortilla y frijol han aumentado de manera importante, y en sí todos los productos agrícolas. La gente tiene menos poder de compra y los precios no dejan de subir por el fenómeno de la inflación, que aunque se diga que está controlada, la verdad que está afectando de manera importante a las personas de a pie”, destacó.
En el caso particular de la tortilla y el frijol, señaló Rivera, los aumentos en los precios se han dado por la escasez de producción (de maíz en el caso de la tortilla), lo que ha obligado a importar a un precio más caro.
De hecho, en los mercados internacionales, los precios futuros de maíz registran un alza de 30 por ciento en el último trimestre y de más de 100 por ciento de manera anual.
Otro factor importante, resaltó el presidente de la Anpec, ha sido el encarecimiento de los precios de los energéticos como el gas y la electricidad, servicios que se usan en toda la cadena alimenticia, es decir, en la producción, transportación y elaboración de productos finales, como el caso de las tortillas.
Respecto al huevo, Rivera aclaró que la situación es diferente y no pasa por temas de desabasto y encarecimiento de insumos, sino por la especulación: “El huevo se ha disparado en los pasados dos meses por prácticas especulativas de las tres empresas que controlan el mercado mexicano, te descuidas un poco y especulan con el precio”.
El huevo es un alimento básico en México, pues de acuerdo con la Unión Nacional de Avicultores, cada persona consume alrededor de 23 kilogramos al año. La producción nacional es de 2.8 millones de toneladas, mientras la importación asciende a 20 mil toneladas.
En tanto, según estimaciones de productores, un mexicano promedio consume al año 74 kilogramos de tortillas, lo que se traduce en que en todo el país se comen anualmente 22 millones de toneladas, lo que pone a México como el mayor consumidor global.
En días recientes, diversas organizaciones de productores de tortillas han advertido sobre nuevos aumentos que pueden llevar el kilogramo de este alimento a 20 pesos.
Más adelante, dijo Rivera, el panorama para las familias mexicanas no es alentador, pues se prevé que las sequías en territorio nacional se prolonguen por lo menos hasta septiembre, lo que seguirá afectando la producción de granos, principalmente maíz y frijol, además de que no hay claridad en la trayectoria de la inflación y de la recuperación económica del país.