Ciudad de México. El PRI en la Cámara de Diputados presentó una iniciativa para definir que las intervenciones en el pleno se hagan con respeto y cortesía entre los legisladores y en apego a la normatividad parlamentaria.
La iniciativa, de reforma al artículo 61 constitucional, se presenta luego de que en el periodo ordinario de sesiones que terminará hoy, al calor del debate se han expresado insultos que no han sido retirados y quedaron registradas en la versión estenográfica y en el Diario de los debates.
Dicho artículo se refiere a la inviolabilidad de las opiniones que expresen los diputados en el desempeño de sus cargos, y la propuesta suscrita por la presidenta de la Mesa Directiva, Dulce María Sauri, y Enrique Ochoa Reza, plantea que las manifestaciones se hagan con respeto.
La iniciativa busca agregar a las facultades de la presidencia de la cámara, el “velar por el cumplimiento de las normas constitucionales, legales y reglamentarias y de los demás ordenamientos relativos a la actividad parlamentaria”.
Esta atribución se añadiría a la obligación vigente que tiene la presidencia de cada cámara del Congreso de velar por el respeto al fuero constitucional de los legisladores y por la inviolabilidad del recinto donde se reúnan a sesionar.
Como ejemplo de la necesidad de legislar en la materia, se incluye la intervención de la diputada Ana Karina Rojo Pimentel (PT), en el debate del 23 de febrero para aprobar la nueva Ley de la Industria Eléctrica.
En su intervención, la legisladora expresó, respecto de la reforma energética de 2013:
“Con total autoritarismo les urgía aprobar la reforma en contubernio con los priistas, con Enrique Peña Nieto, pero quiero decirles que no les fue fácil, entre comillas, porque tuvieron que vender las… no lo voy a decir por respeto al pueblo de México y a mis hijos. Y vendieron al país con su dichosa reforma, sus mentadas reformas estructurales de Enrique Peña Nieto, y saben en cuánto, con un bonito especial, por eso les digo que vendieron las nalgas…”
Luego, la diputada expresó que con la revolución pacífica “van a salir algunos lastimados y serán estos, que no se les volverá a dar moches, corruptos, vendepatrias, rameras del PRIAN”.
El PRI asegura que, “para salvaguardar el derecho a la libre expresión y garantizar que este se ejerza dentro de los principios y normas conductuales que rigen la actividad parlamentaria, es necesario que el debate sea revisado de forma permanente e instantánea, para que, en caso de que exista justificación suficiente, se establezcan límites que aseguren el cumplimiento de dichas normas entre los legisladores que participan del debate”.