Moscú. El crítico del Kremlin Aleksei Navalny calificó ayer al presidente ruso Vladimir Putin de “rey desnudo y ladrón”, en un enlace de video desde la sala del tribunal en la prisión, en el cual se vio demacrado tras la huelga de hambre de la semana pasada.

Los comentarios de Navalny se transmitieron a una audiencia en un tribunal de Moscú, donde perdió su apelación contra una multa por difamar a un veterano de la Segunda Guerra Mundial, acusación que rechazó.

El político se enfrenta a una mayor presión legal, y su equipo informó que ha sido acusado de nuevos cargos. Sus aliados se vieron obligados a disolver su red de oficinas regionales de campaña, que las autoridades buscan prohibir por considerarlas “extremistas”.

Un fallo judicial en dicho sentido daría a las autoridades rusas el poder legal para imponer penas de cárcel a los activistas y congelar las cuentas bancarias de los grupos.

Las oficinas regionales de campaña de Navalny, que comenzaron a abrir en 2017, cuando anunció una candidatura a la presidencia antes de que se le prohibiera participar en las elecciones, dijeron hace unos días que dejarán de publicar en redes sociales y suspenderán sus operaciones.

En tanto, con la cabeza afeitada, Navalny reveló que lo habían llevado a una casa de baños para lucir “decente” antes de la audiencia judicial. Se desabrochó el uniforme de la prisión para revelar una camiseta que apenas ocultaba su delgadez.

“Me miré en el espejo. Por supuesto, soy un esqueleto terrible”, comentó. Uno de sus abogados aseguró que el líder opositor ha perdido 22 kilos desde enero.

Más tarde, en la audiencia, un desafiante Navalny, de 44 años, se lanzó al ataque contra Putin y el sistema judicial ruso.

“Quiero decirle a la querida corte que su rey está desnudo”, afirmó sobre Putin. “Tu rey desnudo y ladrón quiere seguir gobernando hasta el final. Vendrán otros 10 años... una década robada”.

Navalny cumple una sentencia de dos años y medio en prisión por violaciones de la libertad condicional en una condena anterior que, según él, tuvo motivaciones políticas.

Declaró una huelga de hambre en la cárcel el pasado 31 de marzo cuya finalidad fue exigir atención médica adecuada para sus dolores de piernas y espalda. El 23 de abril comenzó a poner fin al ayuno de manera gradual, después de ver atendida su demanda.

El año pasado Navalny acusó a Putin de estar detrás del ataque que sufrió con un agente nervioso al cual sobrevivió.

Las autoridades rusas negaron cualquier participación y cuestionaron incluso que haya sido envenenado, pero potencias occidentales han impuesto sanciones a Moscú por el trato que dio al opositor.

Navalny se recuperó del ataque en Alemania, pero fue arrestado a su regreso a Rusia en enero y sentenciado a prisión el mes siguiente.