Los actos de violencia que ocurrieron el pasado fin de semana en algunos estadios de futbol del país podrían derivar del largo tiempo que los aficionados dejaron de ir a las tribunas debido a la pandemia de Covid-19, consideró Carlos Vázquez, sicólogo deportivo de la Dirección General del Deporte Universitario de la UNAM.
Tras la reciente reapertura de varios estadios, se registraron diversas riñas entre aficionados, agresiones a equipos e incluso casos de acoso y violencia de género.
En el estadio Jalisco, donde se efectuó el clásico tapatío entre Chivas y Atlas, seguidores de ambos equipos comenzaron a pelear en las gradas tras el único gol de los rojiblancos.
En las afueras del estadio Universitario, luego del clásico regiomontano entre Tigres y Monterrey, varios aficionados del cuadro de la UANL golpearon a un fanático de Rayados. Mientras en las inmediaciones del estadio Nemesio Diez, la porra del Toluca agredió al camión del América.
Además, en el estadio Cuauhtémoc, durante el partido Puebla-Pumas, una mujer fue pateada por un aficionado de los felinos durante una gresca en las tribunas. En el exterior, otro seguidor de los auriazules, quien no usaba cubrebocas, besó en la mejilla a una reportera mientras ésta hacía un enlace televisivo.
Al respecto, el especialista explicó que “haber estado en confinamiento por poco más de un año sí llega a afectar la salud emocional, y no sólo del aficionado deportivo, sino de toda la población. Al estar restringidos, el estrés se hace presente. Podría decir que estos conatos de violencia son al final una fuga por haber estado aislados por tanto tiempo”.
Indicó que en algunas investigaciones que han realizado recientemente la Facultad de Psicología y la Dirección General del Deporte de la UNAM en materia de salud emocional, se han detectado “alteraciones importantes en estrés y ansiedad, y ¿cómo se manifiesta esto?, en una sociedad que está más angustiada y explota mucho más fácil.
“Sabemos que la violencia genera más violencia, y lo único que necesita para salir es una chispa. Cuando traes una carga emocional atrapada y no la dejas escapar, ésta va a esperar el mínimo detonante para llegar al exterior”.
Aunque aplaudió la campaña de sensibilización que pretende implementar el organismo para evitar los actos de violencia, advirtió que se necesitan otros instrumentos para reforzarla.
“En estos eventos debe haber una asesoría psicológica, pues el ser humano es impredecible en estos momentos, y por supuesto que debe haber sanciones, pero éstas sólo van a tapar el sol con un dedo, no se ha atacado el problema de fondo.
“Todo esfuerzo suma; sin embargo, creo que en estas acciones el enfoque sicológico debe ser considerado, si alguien es experto en modificación conductual son los psicólogos, deberían asesorarse con especialistas en comportamiento humano”, sostuvo.