Un nadador birmano decidió sacrificar su sueño de participar en los Juegos Olímpicos para protestar contra la junta militar que dirige su país, afirmando que participar sería hacer "propaganda" del régimen.
En 2019, en los Juegos del sudeste de Asia, Win Htet Oo firmó un crono que le habilitaba para ser seleccionado en los 50 metros nado libre para los Juegos de Tokio.
Pero hace unas semanas, mientras deportistas de todo el mundo esperan con impaciencia su participación en la edición de 2020, aplazada un año, el nadador de 26 años anunció su renuncia al sueño olímpico.
"Aceptar al MOC [Comité Olímpico de Birmania] tal como está dirigido es reconocer la legitimidad de un régimen asesino", escribió el 10 de abril en Facebook.
"En el desfile de naciones no caminaré bajo una bandera impregnada de la sangre de mi pueblo", sentenció.
El ejército tomó el poder en Birmania el pasado 1 de febrero por medio de un golpe de Estado que derrocó al gobierno civil de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.
Desde entonces, el país se halla sumido en una crisis profunda, con los militares reprimiendo violentamente las manifestaciones periódicas organizadas para pedir el regreso de la democracia.
Un amplio movimiento de desobediencia civil también ha surgido en el país, paralizando una gran parte de la economía y de los servicios públicos de Birmania.
Para Win Htet Oo, renunciar a Tokio fue su forma de unirse a ese movimiento.
"Quería demostrar a los birmanos que los deportistas pueden participar en el movimiento de desobediencia civil", declaró a la AFP desde Melbourne, en Australia, donde reside.
"Imaginarme caminando sonriente detrás de mi bandera como si todo fuese bien en Birmania, me hizo sentir asco. (…) Eso hubiera sido un ejercicio de propaganda".