Mandos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) local se pronunciaron a favor de la creación del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, en el que los dueños de celulares deberán registrar sus datos biométricos, al asegurar que dará mayores elementos para realizar la investigación en delitos como secuestro y extorsión.
La información que se puede encontrar en el celular de una persona detenida puede llevar a la ubicación de cómplices vinculados a grupos delictivos, dijeron, aunque por el momento las direcciones de Operación Policial, de Inteligencia, de Atención a casos de Secuestro y Extorsión, de Delitos Cibernéticos y de Análisis Tácticos de la dependencia determinarán el protocolo a seguir cuando exista el padrón para su probable uso, con autorización de un juez.
El director de Manejo de Crisis y Negociación en casos de Secuestro y Extorsión de la SSC, Alfredo Almora, dijo que la delincuencia se actualiza para cometer fraudes en contra de la ciudadanía, porque desde que el semáforo epidemiológico está en color naranja “hay casos de estafa” vía telefónica en los que ya no se ofrecen pruebas Covid ni vacunas, sino paquetes turísticos con destino a Cancún.
“Todo estaba detenido, no había viajes y hoy día que ya empieza a controlarse todo, los estafadores empiezan a ofrecer paquetes a precios muy atractivos” que van desde 17 mil hasta 34 mil pesos, al referir que “hay víctimas en Puerto Rico” que recibieron las llamadas desde la Ciudad de México.
Otra modalidad de extorsión que se incrementó esta semana fue “el engaño a empleados de oficina” ante el retorno de los trabajadores, con lo que la voz del estafador exige dinero al asegurar que “su jefe o jefa sufrió un accidente, que está grave o que lesionó a alguien en un accidente automovilístico”, por lo que primero hacen que busquen una póliza de seguro, “que no existe”, hasta que logran que las víctimas hagan depósitos bancarios o transferencias electrónicas.
Los extorsionadores mantienen las llamadas en las que simulan secuestros de familiares, pero actúan con “celeridad en la estrategia” para engancharlos, con lo que pueden exigir 500 mil pesos de rescate y cuando la víctima dice no tener dicha cantidad, el delincuente acepta lo que digan tener en el momento, ya sean mil o 2 mil pesos.