El sistema Cutzamala, que abastece de 33 por ciento de agua a la Ciudad de México y al estado de México, y cuyas presas se ubican en 42 por ciento de almacenamiento, tiene líquido para un año como máximo, advirtió José Antonio Ordoñez Díaz, investigador y especialista de Ciencias del Tec de Monterrey.
Durante la conferencia virtual Consecuencias de la sequía en el Valle de México, situación hídrica a corto, mediano y largo plazo, el experto dijo que además el sistema podría colapsar por la saturación de sedimentos que aportan los cauces. Tiene más de 40 años de almacenar agua en sus tres presas, “se trabaja para actuar bien o lo vamos a lamentar. Es necesario hacerlo ya porque hay una crisis”, urgió.
Explicó que se prevé que este año lloverá menos y si no se toman medidas se acabará el agua en un año como máximo. Si esto sucede, Cutzamala trabajaría con niveles marginales y hay maquinarias que no se podrían echar a andar porque para ello requieren líquido. Además hay concentración de sales y otros materiales que generan crecimiento atípico de algas y otra vegetación que no beneficia los cuerpos de agua.
Puntualizó que “un colapso es una reducción al mínimo de todo el sistema y genera escasez de agua”. Las presas del sistema Cutzamala son El Bosque, que se encuentra en Michoacán, así como Valle de Bravo y Villa Victoria, en el estado de México. El Sistema Cutzamala abastece de agua a 13 alcaldías e igual número de municipios del estado de México.
Ordoñez Díaz detalló que el Cutzamala al año aporta al valle de México alrededor de 480 billones de litros de agua, el equivalente a 40 veces el tamaño del estadio Azteca. Indicó que se requiere restaurar montañas, bosques y tecnificar áreas agrícolas que tienen efecto directo en este sistema. Ha habido un crecimiento que se debe restaurar sobre las áreas en las que se han registrado pérdidas, aunque “el desarrollo de proyectos o la minería no permiten un medio ambiente sano”.
Consideró que la sobrexplotación de agua potable en el valle de México es de 35 a 40 por ciento, “las fugas merman la cantidad, no se sabe de qué nivel son y además el líquido de las presas se evapora”.
Acerca de la deforestación en el valle de México, sostuvo que “se ha detenido porque la cobertura forestal ya desapareció, el suelo de conservación ocupa menos de 21 por ciento” y la vegetación que hay está en estrés.
Recordó que durante 2020 hubo 30 eventos meteorológicos extremos, lo cual rompe el esquema de los ciclos naturales que dejan un promedio de cinco fenómenos y en casos extremos habían sido 16.