México es el país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde las familias están resintiendo más la baja de ingresos debido a la pandemia de Covid-19. Hasta nueve de cada diez hogares reportan deterioro en sus recursos disponibles. También es donde la población reporta mayores dificultades económicas desde el inicio de la crisis, lo que ha derivado en dejar de pagar cuentas, pedir préstamos, perder casas, declararse en incapacidad de pagar sus deudas e incluso no tener suficiente para la compra de alimentos, muestra una encuesta de ese organismo.
La ausencia de apoyo directo a la fuerza de trabajo para enfrentar el cierre económico por la pandemia resultó en que 26 por ciento, uno de cada cuatro personas consultadas por el organismo, reportara que perdió su trabajo y sus ingresos laborales; 65.4 por ciento más informó que, pese a conservar su ocupación, los recortes en salario y horas de trabajo hicieron mella en sus remuneraciones.
Entre 25 economías consultadas por la OCDE, la población de México se dice la más afectada.
La encuesta “Riesgos que importan 2020”, fue levantada en Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Israel, Italia, Corea, Lituania, México, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovenia, España, Suiza, Turquía y Estados Unidos. El promedio de pérdida de trabajo en estos países y, por tanto, en los ingresos, fue de 11.8 por ciento; la caída de estos recursos por recortes salariales alcanzó a 44.3 por ciento de las personas encuestadas, en ambos casos menores a los de México.
Independientemente de si las personas perdieron el empleo, México es donde una mayor parte de la población reporta dificultades financieras desde el inicio de la pandemia, llega a alrededor de 66.1 por ciento, prácticamente el doble que se dijo en esta situación en el promedio, 31 por ciento, de los países consultados.
La crisis ha llevado a 26.4 por ciento de los mexicanos consultados a fallar en el pago de sus gastos corrientes; 40.1 por ciento tomó dinero de sus ahorros o vendió bienes para compensar el choque a sus ingresos; 27 por ciento pidió prestado a amigos o familiares; 18.7 por ciento tomó créditos adicionales y 2.2 por ciento se declaró en bancarrota.
También llevó a que por la insuficiencia económica 1.3 por ciento perdiera su vivienda por no poder pagar la hipoteca o renta; a que 7 por ciento pidiera asistencia a organizaciones de caridad y a que 10.7 por ciento pasara hambre.
“Menos encuestados informan haber sufrido dificultades financieras en países más ricos y en países que históricamente gastaron más en programas sociales”, detalló la OCDE. Aún cuando México ha aumentado el monto en transferencias no condicionadas desde que inició la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, es el país con el menor gasto público social per cápita, incluso debajo de Chile y Turquía.
Hay una preocupación general por el bienestar social y económico para los dos próximos años, según la encuesta, ya que 82.2 por ciento de los mexicanos consultados dijo sentir incertidumbre, y escala a 87.6 por ciento en los hogares en que alguno de los miembros perdió el empleo, pero entre quienes mantienen sus ocupaciones tampoco quedó muy abajo, al alcanzar a 80.2 por ciento.
Incluso ocho de cada 10 mexicanos batallan para completar el gasto a fin de mes, un total de 80.7 por ciento; sube a 88.1 en los hogares en que alguno de sus integrantes perdió el trabajo, pero también alcanza 78 por ciento en donde se mantuvieron las fuentes de ingreso laboral. Esta incertidumbre de la población para cubrir sus gastos, sólo se ve rebasada por los habitantes de Chile y Grecia.
La OCDE mostró que las demandas de un mayor apoyo gubernamental son comunes, independientemente de la seguridad laboral durante la pandemia. En México alcanzaron a 89.8 por ciento de las personas encuestadas, que dijo que el gobierno debe hacer más para garantizar el bienestar social y económico de la población. Es el segundo país donde más extendida está la exigencia, sólo detrás de Chile , donde 92.9 por ciento lo considera así.