El Gobierno de la Ciudad de México prevé comenzar la próxima semana a vacunar contra el Covid-19 a un millón 300 mil capitalinos entre 50 y 59 años, al tiempo que informó que ayer se inició la aplicación del biológico en adultos mayores privados de su libertad, así como a 7 mil 500 personas de más de 60 años que en su momento no acudieron a recibir la primera dosis y que se prevé concluir mañana.
Agregó que el 5 de mayo la Secretaría de Salud federal determinará si hay cambio de color en el semáforo epidemiológico de la capital del país; sin embargo, no descartó que en los próximos días se puedan abrir más actividades ante la tendencia a la baja en el caso de enfermos por coronavirus que persiste en la capital.
La Secretaría de Gobierno local detalló que ayer se aplicaron 829 dosis del biológico AstraZeneca a 59 son mujeres y 770 hombres adultos mayores que se encuentran presos en las cárceles de la ciudad. Once decidieron no recibirla, así que con la finalidad de aprovechar las vacunas sobrantes descongeladas, se determinó aplicar 52 dosis a internos de 58 y 59 años.
En cuanto a los rezagados, se determinó no hacer público el lugar en el que se aplican, con el fin de evitar que lleguen personas que no residen en la ciudad, como ha sucedido en otras ocasiones, de allí que el proceso se realiza con cita, la cual es enviada por medio de mensajes a los teléfonos celulares a quienes se registraron en Locatel y no se han inyectado.
En tanto, la jefa de Gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum Pardo, adelantó que una vez que se pase al color amarillo en la capital se prevé que empiece el regreso gradual de los trabajadores a las oficinas públicas, aunque muchos podrán seguir con sus labores desde casa, sobre todo las mujeres que deben cuidar a sus hijos hasta que se reanuden las clases presenciales, además de personas que tienen comorbilidades.
Antes, la titular del Ejecutivo local participó de manera virtual en el foro abierto de Ciencias Latinoamérica y el Caribe (Cilac), organizado por la Unesco en Perú, donde expresó que la pandemia de Covid-19 ha demostrado lo indispensable que es el vínculo entre las distintas disciplinas científicas.
También señaló que tuvo mayores efectos en las ciudades por la densidad poblacional y por sus visibles desigualdades sociales, por lo que consideró que se debe de hablar de los grandes derechos y de sensibilidad social, pues son elementos sustantivos para el desarrollo de la humanidad, además de disminuir las brechas.