La nueva ley de cambio climático corre el riesgo de no ser aprobada, pues carece de certeza jurídica porque la presidencia de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso recae en la diputada sin partido Teresa Ramos Arreola.
Frente a la secretaria de Medio Ambiente, Marina Robles, el diputado Jorge Gaviño advirtió que si fuera aprobada por la comisión no sería válida, dado que los diputados que no pertenecen a ninguna bancada no tienen derecho a presidir comisiones, como lo establece la Ley del Congreso.
Robles optó por salir de la sesión virtual, pues Gaviño y Ramos continuaron la discusión sobre la legalidad de su presidencia, la cual, dijo la diputada, es una cuestión que debe resolver la Junta de Coordinación Política, así como la desaparición del grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista –al que pertenecía–, que sólo cuenta con una legisladora Alessandra Rojo de la Vega, lo cual también es ilegal.
Ante la falta de acuerdos, la comisión se declaró en sesión permanente, por lo que el dictamen quedó pendiente de análisis, pese a la urgencia de legislar en favor del medio ambiente, pues los efectos del cambio climático se reflejan con el aumento del calor, las sequías prolongadas y, por lo tanto, en la mala calidad del aire.
Por otra parte, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México propuso al Congreso que se considere en el nuevo programa parcial de desarrollo urbano Lomas de Chapultepec ampliar la red de agua tratada, a fin de sustituir el riego de áreas verdes que se realiza actualmente con líquido potable.
Indicó que esas zonas representan 1.1 por ciento de los terrenos y por su amplia superficie abarcan 12.7 por ciento del total, pero públicas o privadas requieren mantenimiento.