Los rangos que señalan las autoridades ambientales para poner en marcha las medidas de protección a la salud por altos índices de contaminación del aire no son los más oportunos para cuidar la vida de los mexicanos e incumplen la norma en la materia, que ubica en 100 puntos el nivel máximo de ozono y no los 155 en los que se aplican, sostuvo Carlos Samayoa, coordinador de Ciudades Sustentables de Greenpeace.
Ante ello, la organización presentó en 2019 un amparo en contra del programa de contingencias ambientales del gobierno de la Ciudad de México con el fin de que se definan umbrales más estrictos, pues “los valores son muy permisivos”, indicó en entrevista.
Refirió que los parámetros que fijan límites muy altos ponen en riesgo la salud de las personas, por lo que “señalamos la necesidad de que los protocolos para decretar la contingencia se basen al menos en lo que dicen las Normas Oficiales Mexicanas (NOM)”.
Explicó que si se aplicaran las contingencias conforme a las NOM sería a los 100 puntos y se debería informar a la población, lo cual no ha ocurrido todavía. “Se respira un aire que afecta la salud; con estos niveles tan permisivos no se toman medidas sino más allá de lo que se debería”.
Proceso judicial
Recordó que el proceso judicial todavía está por ser resuelto y confió en que se tomen las mejores decisiones para “acercarnos a la justicia ambiental y a la salud”.
Apuntó que en el estado de México, parte importante de la megalópolis, se realizó un juicio parecido, se ganó y se le obligó a modificar el plan de contingencias de acuerdo con los índices que señalan las normas, aunque el gobierno de la entidad ha presentado diversos procedimientos en contra.
Aseveró que no se busca restringir las actividades de la gente, sino que los gobiernos tengan mayor proactividad y vayan a la raíz de los problemas en torno a la crisis climática y de mala calidad del aire.
Además, se ha buscado normalizar la contaminación, ya que se habla de “temporada de ozono”, como si fuera un factor natural, pero no es así.