Montevideo. El ex presidente uruguayo José Mujica fue dado de alta este miércoles, un día después de haber sido sometido a una intervención menor de urgencia por una molestia en el esófago, informaron los médicos tratantes en conferencia de prensa.
"Se decidió darle el alta después de probar que toleraba bien la (alimentación por) vía oral", dijo su médica personal, la internista Raquel Pannone.
"Por tanto pasó a su casa a seguir en reposo relativo. Y lo vamos a seguir controlando, como hacemos siempre", agregó.
Mujica, de 85 años, fue internado y sometido a un procedimiento de urgencia la noche del martes por una molestia en el esófago, que en primera instancia los médicos pensaron que era una espina de pescado.
Sin embargo, en la intervención no se halló ningún elemento extraño, pero sí una lastimadura en el esófago provocada por el paso de uno.
"A veces los cuerpos extraños generan una lesión donde estaba apoyado y migran después hacia el aparato digestivo. Ahora hay que esperar que esa úlcera, esa lastimadura, cicatrice, lo que lleva diez, quince días", explicó por su parte el otorrinolaringólogo Andrés Munyo, quien realizó el procedimiento.
"Tuvo una excelente evolución" con tomografías de cuello y tórax "que salieron muy bien", aseguró Munyo, al indicar que "se hizo todo muy rápido y en su debido tiempo".
Además sostuvo que el ex mandatario "estaba de muy buen ánimo".
En los próximos días, Mujica deberá hacer una dieta blanda para preservar la zona en la que se estuvo trabajando.
Y también hacer "reposo relativo", lo que no quiere decir permanecer acostado o en quietud total.
"Ustedes lo conocen bien, pese a su edad tiene una actividad muy intensa y hace muchas veces trabajo de esfuerzo que por unos días vamos a intentar que no realice", dijo Pannone, en referencia a las labores del ex mandatario en su chacra.
Mujica, uno de los principales dirigentes del izquierdista Frente Amplio (FA) y quien llegó a la Presidencia (2010-2015) siendo uno de los políticos más populares y a la vez más resistidos de Uruguay por su pasado guerrillero, tuvo una enorme proyección internacional.
Su estilo alejado de protocolos y sus discursos en plataformas globales volcados a valores humanos poco usuales en el lenguaje político lo convirtieron en un personaje buscado por medios de todo el mundo.
En octubre de 2020 dejó su banca en el Senado, pero aseguró que ello no significaba el abandono de la política sino el de "la primera fila".
"Me voy agradecido, con muchos recuerdos y honda nostalgia. Me ha echado la pandemia", dijo entonces.