Monterrey, NL. La escasez en la presa Cerro Prieto, ubicada en el municipio de Linares, es inducida, pues aguas arriba numerosos regantes con suficientes recursos económicos retienen el líquido e incluso construyeron un embalse llamado Santo Domingo, lo que genera inequidad en perjuicio de los usuarios aguas abajo, que siembran principalmente maíz y frijol, aseguró Gerardo Jiménez Cantú, abogado de los ejidatarios afectados, y Ubaldo Chávez González, comisariado ejidal de las comunidades Dolores y San Julián.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua), cuyo director regional es Luis Carlos Alatorre Cejudo, ha incumplido con el ordenamiento del juez Tercero de Distrito en Materia Administrativa del Estado, Félix Suástegui Espino, quien ordenó a la Conagua “No privar a los ejidatarios del volumen anual a que tienen derecho de acuerdo a la concesión otorgada por el propio organismo federal”.
Según la Conagua, la presa Cerro Prieto sólo tiene un llenado de 17.6 por ciento de su embalse, es decir, unos 53 millones de metros cúbicos.
La afectación por la retención ilegal del líquido aguas arriba de la presa “Cerro Prieto afecta a campesinos de ejidos de Linares, que tienen sus parcelas aguas abajo, como el ejido del mismo nombre y de otros, entre ellos el de San Felipe, Leones y Cuauhtémoc.
Jiménez Cantú previó una “lluvia” de amparos, pues ya se inició la construcción de la presa Libertad, promovida por el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, también en el municipio de Linares, pues enfrentarán una situación similar.
Las aguas del río Pablillo, junto con las del río Camacho, nacen en la Sierra Madre Oriental y sus corrientes avanzan juntas en varios puntos de la geografía serrana.
Algo similar ocurrirá cuando concluya la construcción de la presa Libertad, que captará las aguas del río Potosí o Cabezones, para lo cual el Congreso local tendrá que autorizar 2 mil 500 millones de pesos para su edificación.
El llenado de la presa Cerro Prieto, en enero pasado, llegaba a 74 millones de metros cúbicos, equivalente a 25.5 por ciento de su capacidad; de ahí se ha ido en picada hasta llegar hoy a 17.6 por ciento o 53 millones de metros cúbicos.
Esa realidad llevó a la Conagua a cerrar el flujo del líquido para aguas abajo, pero el impacto de tal medida a los ejidos de esa parte obligó a que el de Cerro Prieto interpusiera amparo ante la justicia federal contra la disposición de la Conagua.
Los campesinos necesitan 2 millones 956 mil 800 metros cúbicos para atender sus cultivos, pero la presa tiene sólo 53 millones de metros cúbicos de almacenaje, que bien podría acceder para atender sus necesidades de cultivos y población. Esta extracción se repondría con la llegada de las aguas de esta primavera y la subsiguiente temporada de huracanes que inicia en el mes de junio.
Los huracanes de finales del verano y principios de otoño pasado, y luego hasta del fuerte impacto como el caso de Hanna permitieron incrementar el nivel de la citada presa en 11 millones de metros cúbicos, es decir, para llegar a un llenado de 27 por ciento que tenía antes de ese huracán, a 32 por ciento en julio de 2020.
El abogado Jiménez Cantú dijo que ese caudal es utilizado en riego agrícola y que los campesinos de Cerro Prieto han recibido “…un trato desigual… porque aguas arriba sí siguen regando, están usando el agua antes de que entre a la presa”.
A los campesinos damnificados por la construcción de la presa Libertad, una presunta emisaria del gobierno del estado, de nombre Sandra Barajas, les ofrece medio millón de pesos a cada familia para que cedan a agua y drenaje sus derechos del líquido.
Jiménez Cantú dijo que la apropiación del agua por unos cuantos potentados afecta al menos 200 hectáreas del ejido Cerro Prieto y otros cientos o miles en el resto de los ejidos.
Precisó que a los dueños de los terrenos donde se ubica la presa Cerro Prieto, que data de 1984, no les han terminado de pagar la indemnización por haber cedido sus derechos para la construcción del embalse y lo mismo se prevé pasará con la presa Libertad.