Después de perder el campeonato mundial en peso pesado, Andy Ruiz se hundió en una depresión. No quería pelear ni entrenar. Se sentía perdido. La única idea que le cruzó por la mente fue acercarse a quienes están en la cima del éxito y pedir sus consejos. Llamó a Saúl Canelo Álvarez y le dijo que lo admiraba, que quería aprender. Canelo le respondió.
“Reconozco tus facultades –le dijo Álvarez–, tienes madera. Sé qué es lo que te hace falta, se llama disciplina. Vente para acá, pero tienes que estar dispuesto a dar el 110 por ciento. Lo único que te pido es entrega”.
Andy acudió y su vida ha cambiado. Ha bajado de peso de manera notoria; ya no es más es el “gordito” que boxea. Afirma que lo que está aprendiendo con Canelo y su entrenador Eddy Reynoso es a volver a ser campeón del mundo.
“Lo que estoy aprendiendo es disciplina”, dice Andy; “era lo que necesitaba, adentro y afuera del ring".
Ruiz pondrá a prueba su transformación física y mental el próximo sábado en Carson, California, donde enfrentará a otro mexicano nacido en Estados Unidos, Chris Arreola. Será la primera pelea de peso completo entre dos tricolores en aquel país.
Arreola, hijo de migrantes mexicanos, presume sus raíces. Quiso ser el primer campeón mundial en peso completo de este país; un privilegio que conquistó su rival Andy Ruiz.
“Para empezar, me llamo Cristóbal”, aclara Arreola; “ me dicen Chris porque los güeros no saben pronunciar mi nombre. Mi papá es migrante, como todos los que llegan a este país, me enseñó que sólo el trabajo te saca adelante. Lo único que pienso es que no puedo defraudar a mi jefe ni a mi raza. Si me caigo, me levanto con este corazón mexicano que heredé".
Andy habla con cierta camaradería de su próximo rival. Recuerda que cuando todavía era niño admiraba a Chris por ser un mexicano en Estados Unidos que quería ser campeón en peso pesado.
“Mi papá me dijo: mira Andy, tú vas a pelear con él. Y pues se hizo la machaca, será la primera pelea de peso completo entre dos mexicanos en Estados Unidos y eso nos da mucho orgullo”, concluye Ruiz.