Es común pensar que la diplomacia tiene poca conexión con la vida de la gente, pero en la Cancillería, particularmente en la Subsecretaría para América Latina y el Caribe, pensamos diferente: la diplomacia mexicana puede y debe contribuir al desarrollo de México y otros países. Debe ser una diplomacia de resultados y no sólo retórica: una diplomacia que sirve.
La pandemia del Covid-19 cambió al mundo. Hay retos nuevos, mientras que otros ya conocidos han cambiado. La diplomacia mexicana ha sabido adaptarse y responder al desafío.
En el combate al Covid-19 se ha logrado un acceso cada día mayor a vacunas, destacando el acuerdo con Argentina para producir las de AstraZeneca en México para uso nacional y regional. En el aspecto humanitario, el año pasado se repatriaron a más de 11 mil 500 mexicanos que estaban varados en América Latina y el Caribe gracias al trabajo encabezado por la Subsecretaría con socios dentro y fuera de México. Diplomacia que sirve.
Un reto que se mantiene, pero que ha cambiado, es la migración. Aunque algunos mexicanos siguen migrando a Estados Unidos, el reto mayor es la migración desde Centroamérica. Desde los primeros días de este gobierno se lanzó el Plan de Desarrollo Integral para Guatemala, Honduras y El Salvador y se establecieron esquemas para controlar la migración irregular, especialmente la masiva, las llamadas “caravanas”. Por primera vez, programas sociales mexicanos fueron llevados a otros países para promover el desarrollo y reducir la migración. Diplomacia que sirve.
Al tiempo que afronta problemas concretos, México sigue presente en los grandes temas globales. El 22 de abril, el Presidente de la República presentó sus ideas en materia de combate al cambio climático desde una perspectiva holística, ligándolo con otro reto clave de la globalidad: la migración. La realidad es que la gente sólo apoyará políticas ambientales que representen una mejora en su calidad de vida y que el cambio climático es uno de los aceleradores de la migración. Diplomacia que sirve.
México ha hecho una férrea defensa de sus principios de política exterior, como la no intervención y la proscripción de la amenaza y uso de la fuerza y también rescató prácticas timbre de orgullo de su diplomacia como el asilo. Gracias a estas acciones, figuras políticas extranjeras salvaron la vida y se contribuyó a que naciones hermanas como Bolivia y Ecuador consolidaran su democracia con elecciones ejemplares. Diplomacia que sirve.
Recientemente hemos establecido una alianza con el sector privado mexicano para colaborar en la región. Las compañías mexicanas han invertido miles de millones de dólares allí y creado decenas de miles de empleos. Ayudarlas a tener éxito será benéfico para todos. Esta alianza ya ha rendido frutos para varias empresas, que, por su parte, han sido solidarias en el combate a la pandemia y han ayudado en casos de desastres naturales en la zona. Hay un enorme potencial que desarrollar y continuaremos desarrollando esta línea de trabajo poniendo por delante la búsqueda de resultados concretos.
Quizás antes había más retórica, pero ahora hay más resultados, de eso es de lo que se trata la diplomacia y así seguiremos trabajando.