Durante su participación en la Cumbre del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) que se lleva a cabo en Cancún, Quintana Roo, el secretario del ramo, Miguel Torruco Marqués, señaló la necesidad de “tomar decisiones y asumir compromisos y responsabilidades” para garantizar el futuro de ese sector económico, el cual, en México y en el mundo, ha sido sin duda el más golpeado por las medidas de mitigación de los contagios de Covid-19.
Al respecto, el funcionario llamó a recuperar y regenerar el patrimonio turístico “con un enfoque sustentable” y mediante “alianzas internacionales y regionales” para concentrar esfuerzos de gobiernos, empresarios, académicos y todos los que “conforman la cadena de valor turística”.
Sin duda, el sector mencionado es de suma importancia para la reactivación de la economía en general, en la que hoteles, restaurantes, aerolíneas, servicios de transporte terrestre, agencias de viajes y otros rubros turísticos generaron alrededor de cuatro millones y medio de empleos (casi 9 por ciento del total) en el primer trimestre del año pasado, justo antes de la adopción de las medidas de confinamiento y distanciamiento social que resultaban indispensables para hacer frente a la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2, en lo que era una tendencia de clara expansión y crecimiento. Sin embargo, el dinamismo del sector quedó bruscamente neutralizado, e incluso fue revertido por las necesarias, pero dolorosas, disposiciones sanitarias.
Hoy es claro que la indispensable reactivación económica debe tener en el turismo uno de sus motores principales, y para ello es indispensable una estrecha colaboración entre autoridades de los tres niveles de gobierno, capitales privados y organizaciones sociales.
Por otra parte, es por demás alentador el anuncio formulado en el encuentro de Cancún por el presidente del WTTC, Christopher Nassetta, de que existe en el sector privado disposición para invertir en nuestro país 2 mil 500 millones de dólares en los próximos años por parte de diversos empresarios del sector –hoteleros, empresas de transportación aérea, agencias de viajes y compañías de cruceros–, con lo que podrían generarse más de 100 mil empleos en diversos puntos del territorio nacional.
Para que la reactivación turística en México sea exitosa se deben cumplir con dos lineamientos: el primero, señalado por el propio Nassetta, es que se ciña a una plena seguridad sanitaria y observe las medidas profilácticas que han sido prescritas por las autoridades de salud en tanto la pandemia de Covid-19 siga teniendo algún grado de actividad; el segundo, que se adapte a las lógicas de desarrollo sostenible y se aleje de la naturaleza depredadora y generadora de desigualdad, marginación y descomposición social que ha impuesto durante décadas en nuestro país la gran industria turística mundial.
Eso significa que, tanto las corporaciones privadas como las autoridades deben dejar de ver a las poblaciones y las comunidades de los puntos turísticos como mera fuente de mano de obra desechable y explotable y aceptar, en cambio, la participación de los habitantes de tales puntos en pie de dignidad e igualdad. Significa también que los entornos naturales y el patrimonio histórico y cultural deben ser preservados y cuidados, no sólo por un imperativo ético sino incluso por elemental sentido común, pues sin ellos el sector turístico pierde sus principales recursos.