Caracas. Varios militares venezolanos fallecieron en enfrentamientos con grupos irregulares armados colombianos que sufrieron importantes bajas, indicaron ayer autoridades venezolanas, aunque no dieron cifras.
En las últimas 72 horas “se han reportado cruentos combates con grupos irregulares armados colombianos, sobre todo en sectores despoblados al oeste de La Victoria, municipio Páez, en el estado Apure”, limítrofe con Colombia, indicó en un comunicado el ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino López.
Los enfrentamientos han dejado “un importante número de bajas” en los grupos irregulares colombianos y fueron “capturados varios individuos que están aportando valiosa información respecto de próximas acciones”, destacó el escrito. “Lamentablemente, también fallecieron algunos de nuestros efectivos cuyos cuerpos están siendo identificados”, y otros resultaron heridos. Estos últimos reciben atención médica en la red sanitaria militar y civil, agregó el jefe castrense, sin dar más detalles.
Se desconoce si los incidentes son parte de una operación militar o si los uniformados fueron emboscados en las inmediaciones del poblado fronterizo de La Victoria, unos 770 kilómetros al suroeste de Caracas.
Desde el 21 de marzo, como parte de la Operación Escudo Bolivariano, las fuerzas armadas venezolanas ejecutan acciones contra “grupos irregulares armados colombianos”. Hasta el 5 de abril se había reportado el fallecimiento de ocho militares, algunos de ellos tras la explosión de una mina terrestre, además de nueve “terroristas”.
Human Rights Watch aseguró que el grupo combatiente es el Frente 10, surgido de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
De acuerdo con el gobierno venezolano, durante los operativos también se desmantelaron al menos media docena de campamentos, donde se incautaron armas, granadas, explosivos, prendas de vestir militares, vehículos, drogas y equipo tecnológico.
Padrino sostuvo que los grupos irregulares estarían “conectados con el narcotráfico” y que supuestamente sería parte de una estrategia de los gobiernos de Washington y Bogotá para actuar contra Venezuela.
“Estas organizaciones criminales y terroristas actúan con el apoyo de la poderosa estructura de financiamiento con que cuenta la oligarquía colombiana, que tiene el infame propósito de exportar su modelo narcoparamilitar a nuestro país” con el supuesto propósito de “crear un territorio difuso que les sirva como base para desestabilizar”, concluyó.
Miles huyen de la violencia
Miles de personas huyeron de sus casas en Venezuela por los enfrentamientos; muchos de ellos denunciaron maltratos. El gobierno del presidente Nicolás Maduro rechazó las acusaciones y afirmó que la mayoría de los pobladores emprendieron el regreso a casa poco después.
Estaba previsto que altos funcionarios estadunidenses, incluida la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, se reunieran ayer como parte de su revisión continua de la política hacia Venezuela, según dos personas familiarizadas con los planes, pero al cierre de esta edición aún no había información acerca de este encuentro.
Se esperaba que la reunión interinstitucional se centrara en si Estados Unidos debe adoptar medidas para apoyar un intento de diálogo entre el gobierno de Maduro y sus oponentes.
“Todos estos movimientos recientes apuntan a que Maduro está tratando de llamar la atención de Washington”, sostuvo Geoffrey Ramsey, observador de Venezuela en la organización Washington Office on Latin America.
“La pregunta es si la Casa Blanca está dispuesta a comprometerse con una estrategia de negociaciones o si seguirá jugando a lo seguro y mantendrá la política en un segundo plano”, añadió.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, y Jorge Rodríguez, jefe de la Asamblea Nacional, la cual apoya a Maduro, no hicieron comentarios cuando se les preguntó sobre los recientes movimientos de Maduro.