Los Ángeles., La audiencia de los premios Óscar de este año se desplomó en más de la mitad a un nuevo promedio mínimo de 9.85 millones de espectadores en Estados Unidos, informó la cadena televisora ABC.
La enorme caída de 58.3 por ciento respecto de los 23.6 millones, el mínimo histórico alcanzado el año pasado, se esperaba ampliamente para la noche más importante de la industria cinematográfica de Hollywood, después de que otros espectáculos de premios durante la pandemia también sufrieron bajas estrepitosas.
Con las salas de cine cerradas la mayor parte del año y varias películas que se preveía fueran un gran éxito protagonizadas por actores de renombre y que acabaron pospuestas, una cosecha menos conocida de nominados compitió en la ceremonia del domingo, donde Nomadland, de Chloé Zhao, fue la gran ganadora.
La caída de espectadores también viene de una tendencia general a la baja de varios años para los premios de la Academia, que estaban por encima de 43 millones de televidentes en 2014.
Entre quienes no sintonizaron la ceremonia se encontraba Anthony Hopkins, quien inesperadamente ganó como mejor actor, premio entregado al final la noche, luego de que los productores decidieron reorganizar el orden de las categorías.
Los Óscar generalmente terminan con la distinción a la mejor película, y muchos espectadores señalaron que la falta de un discurso de aceptación en el gran final de la ceremonia fue otro elemento de anticlímax.
“A los 83 años, no esperaba recibir este premio, realmente no”, dijo Hopkins en un video publicado en su página de Instagram desde Gales ayer por la mañana.
Cambio de programa
La 93 entrega anual de los Premios de la Academia estaba predestinada a ser surrealista.
La pandemia cambió muchos de los ritmos usuales y tradiciones. Hubo una alfombra roja llena de glamur, pero no mirones ni equipos de publicistas. Había ganadores en persona y sin cubrebocas, pero no en el orden usual, y los discursos no fueron cortados con música de fondo.
Los Óscar han tenido finales más dramáticos y caóticos, pero este quizá fijó un nuevo estándar para los anticlimáticos. Se podría jurar que alguien tocó un trombón triste mientras pasaba.
Antes del domingo los productores dijeron que querían correr “grandes riesgos” con la ceremonia televisada. Uno resultó ser cambiar el orden normal de los premios; el de mejor director, uno de los finales, fue entregado a mitad de ceremonia. El galardón a mejor película fue el tercero antes del final, y los dos últimos de la noche fueron para mejor actriz y mejor actor.
Algunos pensaron que quizás el Óscar a mejor actor sería para Chadwick Boseman (quien ganó prácticamente cada trofeo de mejor actor rumbo a los Óscar) y por lo tanto habría un final significativo como homenaje.
Los Óscar póstumos son difíciles de obtener. Sólo ha ocurrido dos veces antes para actores (Peter Finch y Heath Ledger). Para algunos miembros de la Academia, parece un voto desperdiciado, pues el premiado no está ahí para recibirlo. Y en una de las temporadas de Óscar más larga de la historia, luego de que la ceremonia se pospusiera dos meses, se podría haber perdido algo de impulso para Boseman.