Rabat. El Ministerio del Exterior de Marruecos pidió ayer al embajador español Ricardo Díez-Hochleitner expresar “arrepentimiento” en nombre de su gobierno, por la decisión de España de recibir al presidente y líder del Frente Polisario para un tratamiento médico.
Autoridades españolas informaron la semana pasada que Brahim Ghali, de 73 años, estaba hospitalizado en España para ser atendido por Covid-19.
Medios informativos indicaron que fue ingresado en un hospital de La Rioja.
Ghali dirige el Frente Polisario, que busca independizarse de Marruecos en el Sahara Occidental y periódicamente se enfrenta con las fuerzas armadas marroquíes.
La cancillería de Marruecos acusó que la postura de España es “inconsistente con el espíritu de sociedad y buena vecindad”. Agregó que Madrid debe explicar su postura, pues Ghali ha cometido “graves delitos militares y violaciones a los derechos humanos”.
La tensión diplomática sucede mientras Madrid busca la cooperación de Rabat para contener el flujo de migrantes que atraviesan el mar hacia territorio español. El gobierno español también intenta profundizar los lazos económicos con África.
Un funcionario del Ministerio del Exterior de España declaró la semana pasada que Ghali fue ingresado por motivos estrictamente humanitarios.
El Sahara Occidental se extiende por la costa sur del Atlántico en África junto a la ciudad turística marroquí de Agadir, y colinda con Argelia y Mauritania. Tiene una población de 600 mil habitantes y fue colonizada por España en el siglo XIX y anexada por Marruecos en 1975.
La República Árabe Saharaui Democrática, el gobierno autoproclamado también dirigido por Ghali y reconocido por más de 80 países, informó que éste se “recupera favorablemente”.
El pasado viernes la ministra española del Exterior, Arancha González Laya, había descartado tensión en la relación bilateral por el traslado de Ghali.