Migrantes centroamericanos tuvieron que desalojar ayer un campamento instalado un día antes en la garita de San Ysidro, luego de que se presentara una gresca con vendedores ambulantes mexicanos que patearon las cobijas y plásticos con los cuales los extranjeros se cubrieron durante la noche.
Las personas en movilidad dejaron el campamento de El Chaparral, “por las malas condiciones que prevalecen” y decidieron establecerse frente a la línea fronteriza de Tijuana, Baja California, con San Diego, Estados Unidos, donde exigieron a viva voz que los dejaran cruzar.
Se colocaron en el carril lateral que usan quienes disponen de una visa Sentri para ingresar a dicho país, el mismo que los comerciantes invaden cuando se mueven entre los automovilistas para vender.
La patrulla fronteriza cerró cuatro carriles del cruce vehicular y puso a 20 elementos con escudos antimotines en guardia; además, durante la mañana, una persona de origen estadunidense pidió a la gente que se retiraran del lugar, pero no hubo respuesta a su solicitud.
Más tarde hubo un forcejeo con los vendedores de la zona que se quejaban de la presencia del campamento de migrantes que dificultaba su labor, por lo que les gritaban ¡fuera! ¡fuera”, hasta que llegaron a los empujones; finalmente los centroamericanos decidieron irse del sitio.
En Monterrey, Nuevo León, fueron encontradas ayer 53 personas originarias de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala, que estaban hacinadas y sin comer desde hace tres días, según informes policiales. Un hombre identificado como Pedro N, de 32 años, fue detenido y puesto a disposición del Ministerio Público.