Chilpancingo, Gro., Una jornalera nahua de 35 años, identificada como Margarita Bartolo Fermín, falleció desangrada en una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Los Mochis, Sinaloa, luego de que el médico de un nosocomio particular en Guasave le dijo que su embarazo no era de cuidado y se regresó a recolectar chile, denunció Abel Barrera Hernández, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
Oriunda de Xicotlán, municipio de Chilapa de Álvarez, en la Montaña Baja de Guerrero, Margarita se empezó a sentir mal cuando trabajaba en el campo agrícola El Gallo, propiedad de la empresa Sacramento, ubicada en Guasave. “Estaba embarazada de su cuarta hija”, pero el médico de una clínica privada la rechazó.
Horas más tarde, empezó a sangrar, por lo que su esposo Eustaquio Castro “la trasladó a una clínica del IMSS de Los Mochis, cabecera municipal de Ahome; ingresó al quirófano pero no pudieron controlar la hemorragia. La mañana del jueves 22 de abril los médicos notificaron su deceso.
“Margarita salió hace tres años de su comunidad ante la falta de trabajo y la violencia que han impuesto grupos de la delincuencia organizada en los municipios de José Joaquín de Herrera y Chilapa. Eustaquio no cuenta con tierras para sembrar ni casa donde vivir. Llevaba dos temporadas en el campo agrícola El Gallo”.
La familia vivía en el cuarto 523 de la empresa Batamonte en El Gallo, donde le pagaban 197 pesos por cada tarea que recolectaban (equivale a 30 botes de chile o 12 de tomate tipo uva).
A la semana lograba cobrar 2 mil pesos, cuando bien le iba, pero regularmente no se hacen muchas tareas durante la semana. Sobrevivía con el poco dinero que han podido juntar”.
El Concejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña señaló que de abril del año pasado a marzo de 2021 “salieron de las comunidades indígenas de la Montaña Alta y Baja, 17 mil 700 indígenas a los campos agrícolas de Sinaloa, Chihuahua, Zacatecas, Michoacán y Baja California, principalmente. Lo hacen porque no tienen tierras para sembrar y también por la violencia”.
Ocho mil 768 son mujeres y 9 mil 7 son hombres “provenientes de los municipios de Cochoapa el Grande, Tlapa de Comonfort, Metlatónoc, Copanatoyac y Atlamajalcingo del Monte. En cuanto a su pertenencia a un pueblo indígena, 46 por ciento de las familias es na’savi, 26 por ciento es me’phaa, 21 por ciento nahua y 7 por ciento no se adscribe a un pueblo indígena”.
“La población jornalera hasta de 17 años de edad representa 42 por ciento, y de 18 a 64 años, 57 por ciento. Los índices de analfabetismo son alarmantes: 42 por ciento de la población no fue a la escuela y sólo 16 por ciento reporta que terminó la primaria.
“Hay 22 por ciento de niños que no concluyeron sus estudios y sólo 10 por ciento tuvo la oportunidad de concluir su secundaria; 4 por ciento de jóvenes cuenta con bachillerato, pero al no tener trabajo optaron por irse de jornaleros”.
El 16 de diciembre de 2020 la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) aprobó un salario mínimo para jornaleros de 160.19 pesos, equivalente a un alza de 30 por ciento respecto del mismo pago elemental que se aplica en el resto del país.
Para la población jornalera este aumento no representa ninguna relevancia porque en la práctica ganan más trabajando por tareas o a destajo. En la Conasami, la voz cantante la tienen los empresarios que no están dispuestos a ceder sus ganancias.