La obra Tártaro, del dramaturgo Sergio López Vigueras, ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo Trejo 2017, cuenta la historia de un sicario, quien, al momento de sentir el disparo que siega su vida, evoca los momentos determinantes de su aciaga y trágica existencia, desde su anémico nacimiento y la angustia de su madre, resultado de su precaria situación laboral, hasta el recuerdo de las camionetas de lujo transitando por su pueblo y el silencio de los habitantes ante las balaceras nocturnas.
Con dirección de David Psalmon y actuación de Bernardo Gamboa, Tártaro se estrena hoy de manera presencial a las 20 horas en el teatro Helénico, del Centro Cultural Helénico, con un aforo de 126 espectadores.
El título de Tártaro hace referencia al mito griego que significa el más profundo abismo lleno de sufrimiento. La obra relata el secuestro de la hermana del protagonista, quien ya nunca volvió, y cómo en un principio, a manera de juego, se hizo halcón, vigía que trabaja para los narcotraficantes, que luego se convierte en escolta de un jefe de plaza.
Se trata de una propuesta escénica que habla de la desintegración social progresiva, de esos seres que como sociedad nos negamos a ver, los cuales, debido a sus circunstancias de vida tan adversas, tienen que encontrar la forma de sobrevivir, y que al final, como muchos otros jóvenes, nutren las filas del narcotráfico, explicó Psalmon en charla con La Jornada.
Exaltación mediática
Son personajes a los que las series de televisión y películas les han dado un tratamiento entre glamoroso, encantador y espectacular, “pero nosotros decidimos acercarnos desde el aspecto más humano, social y mitológico, desde cómo se va construyendo un monstruo, cómo un niño se transforma en una bestia sanguinaria, lo cual es completamente trágico”, continuó el director del montaje.
“Representamos al personaje como una especie de mártir de la sociedad contemporánea, cuyo destino es inexorable y más fuerte que las decisiones que pueda tomar. Un destino que parecería estar en manos de una fuerza superior, una divinidad o ese dios llamado capitalismo neoliberal, en el que el consumo es todo y los jóvenes prefieren vender su vida por pocos años de bonanza mal habida.”
Otro aspecto importante de la obra es la selección de música sacra, compuesta por el reconocido compositor Arvo Pärt, “que es a la vez profundamente oscura y luminosa”.
Tártaro se presenta los lunes y martes a las 20 horas en el teatro Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).
Concluye funciones el primero de junio.