El escritor argentino Martín Caparrós sostuvo que le preocupa el advenimiento de una literatura de la pandemia, una “avalancha incontenible de relatos de cómo me aburrí o angustié en casa”; en cambio, piensa que “vamos a querer olvidarla, si acaso pensar en las consecuencias”.
Así lo dijo este domingo durante la presentación de su novela Sinfín (Random House) en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey), que con el lema “La lectura nos acerca”, se desarrolla de formal virtual con más de 200 actividades que concluirán el 2 de mayo. El programa completo se puede revisar en el sitio web https://filey.org/.
Durante la charla con la periodista Mariana H, el narrador y cronista agregó: “Podría imaginar que cuando esto termine por fin, vamos a querer pensar en otras cosas, no en lo que vivimos encerrados y en que aceptamos cosas inaceptables por miedo”.
Caparrós mencionó que su narración distópica, ambientada dentro de 50 años, surgió cuando pensó en lo que se pierde cuando una persona muere. “Incluso las personas menos interesantes tienen tantas historias, memorias. A partir de esto reflexioné cómo se podrían transferir los cerebros y conservarlos. Escribí bastante, antes de decidir la idea que redondeaba esto”.
Sinfín relata, explicó el autor, de qué manera un grupo logra transferir el cerebro de personas a un computador, pero si aquél interactúa, deja de funcionar, “hasta que a alguien se le ocurre que viva su realidad virtual para siempre, como paraísos digitales. Quería imaginar cómo podía ser este recorrido en 50 años, cuando se establece la hegemonía china en el mundo y la vida digital después de la muerte”.
Se dijo impresionado por la coincidencia de que en su novela la condición para que esas vidas continúen “es que se mantengan aisladas, no se conecten. Ahora estamos en esa situación: desconexión como requisito de supervivencia”.
En la Filey destaca la participación, además de Caparrós, de los argentinos Mariana Enríquez, Néstor García Canclini y Eduardo Sacheri; así como la exposición en homenaje a Joaquín Salvador Lavado, Quino, fallecido en septiembre pasado. Este sábado, la narradora Claudia Piñeiro presentó su novela Catedrales.
También destaca la participación del cubano Leonardo Padura, la uruguaya Ida Vitale, el chileno Raúl Zurita y la portuguesa Lídia Jorge, así como de los mexicanos Margo Glantz y Élmer Mendoza.
En el encuentro se realizarán homenajes a los escritores Agustín Monsreal, por sus 80 años; a F.G. Haghenbeck, quien falleció a inicios de este mes, y a Ermilo Abreu Gómez; así como a la investigadora y promotora de la lengua y cultura mayas Hilaria Máas Collí, y a la poeta y cantante María Elena Walsh.
Asimismo, se conmemorarán los 50 años de la edición Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, y cuatro décadas de la publicación de Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco.
Durante la inauguración de la novena edición de la feria, hace unos días, su director, Enrique Martín Briceño, destacó la participación con un gran programa literario y artístico de Argentina y la Universidad Veracruzana como invitados, así como la “presencia sobresaliente de la literatura y la cultura mayas”.
En su alocución pregrabada, el embajador de Argentina, Carlos Tomada, mencionó que en el módulo virtual de su país difundirán la postulación del Museo Sitio de Memoria ESMA, centro de detención de la dictadura cívico-militar en Argentina, para ser incluido en la lista de patrimonio mundial de la humanidad de la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura.