Esta semana fue aprobada una ley en Alemania para poner freno a la tercera ola de contagios, la cual incluye el cierre de museos, como ha sucedido en diversas ciudades del país, y que pudiera incluir pronto a Berlín. No obstante, la exposición de la artista japonesa fue inaugurada y presentada a la prensa en línea, en alemán e inglés, este jueves, por la directora del museo y curadora de la muestra, Stephanie Rosenthal.
Un ramo de amor que vi en el universo es el nombre de la exposición y de la nueva instalación de Kusama, que recibe al visitante en el atrio del museo, compuesta por enormes tentáculos de pulpo inflables color rosa y con lunares.
La muestra llega como augurio de esperanza en tiempos difíciles, que han supuesto un gran reto no sólo para su realización –se pospuso en septiembre y marzo–, sino también para ser visitada: no se entra sin un certificado que muestre un resultado negativo de Covid-19, ya sea con la vacuna o con una prueba realizada en las 24 horas previas a la visita. Las filas de las muestras de Kusama ahora serán inexistentes, porque la compra del boleto es sólo en línea y va acompañada por el horario de visita.
Será una exposición atípica también en términos numéricos, acostumbrados a los estándares de la artista japonesa, quien festejó 92 años el mes pasado, y que es considerada la creadora más popular del mundo. Los visitantes de sus muestras se han contado en los años recientes en millones, como ocurrió con Infinite obsessions, muestra itinerante en América Latina que incluyó a México (Museo Tamayo Arte Contemporáneo), que alcanzó 2 millones de visitantes en el continente, logrando ser la exhibición más visitada de 2014, según la encuesta de The Art Newspaper. Por su parte, la exposición en el Hirshhorn Museum, en Washington, en 2017, atrajo 800 mil visitantes.
La exposición en el recinto berlinés podrá visitarse en línea con tours virtuales, si bien la experiencia de inmersión ambiental que, junto a las instalaciones representan el alma del artista, es insustituible, así como lo más amado y conocido por el público. Al concluir viajará al Museo de Arte de Tel Aviv, en Israel, donde quizá podrá gozarse con libertad debido a que la campaña de vacunación va muy avanzada.
250 obras 80 años
Un ramo de amor que vi en el universo sigue un orden cronológico y reúne 250 obras diluidas en 80 años de carrera artística. Lo más preciado y original es la recreación de ocho exposiciones icónicas en la carrera de Kusama, empezando por la primera Yayoi, trabajos de 1952 en su natal Matsumoto. Le siguen las muestras de Nueva York, realizada durante su estancia de 15 años en dicha ciudad (1958–1973), incluyendo sus cuartos de espejos. Ahí surgió su lenguaje personal más conocido, por el cual se le celebra: falos de tela, los famosos lunares, los espejos, las redes infinitas.
Nueva York era el ombligo del arte en ese tiempo, vivía de cerca las grandes corrientes artísticas como el expresionismo abstracto, el pop art, el minimalismo y el performance art, que Kusama también practicó. Su obra influenció a los principales protagonistas de tales corrientes (y viceversa), a quienes conoció.
La exposición recorre también el Encuentro de almas, presentada en Tokio en 1983, después de su regreso a Japón, cuando cayó en el olvido. La retrospectiva neoyorquina, en el Center for International Contemporary Arts (CICA), en 1989. Fue el inicio de su éxito público, pero su participación en el pabellón de la Bienal de Venecia, en 1993, bautizó su éxito mundial.
La muestra se detiene en su actividad pictórica, ya sea de su obra temprana o de la final, que incluye las obras realizadas durante el confinamiento por el Covid-19.
Otras exposiciones de Kusama se abrirán próximamente en Nueva York (Jardines Botánicos, en curso hasta el 31 de octubre), Londres (Tate Modern, abrirá en mayo) y Washington (en Hirshhorn Museum, fecha por definir). Además, la serie pictórica My Eternal Soul se mostrará en Londres, Tokio y Nueva York.
La lectura biográfica para explicar su arte está siendo reconsiderada debido a la versión que existe sobre su necesidad de emplear el arte como medio para equilibrar la sicosis y esquizofrenia que padece, estrechamente relacionadas con su arte.
Kusama, quien es también la artista femenina mejor cotizada del mercado, como ejemplo, Interminable Net #4, de 1959, se vendió hace dos años en 7.9 millones de dólares. Ahora se prevé un nuevo récord de venta, porque serán subastadas sus piezas más raras, nunca antes expuestas al público, ni vendidas. Se trata de tres pinturas y ocho obras sobre papel que la artista llevó consigo a Nueva York, y que regaló al médico Teruo Hirose en los años 60; con ellas pagó las consultas, por falta de dinero. La subasta se llevará a cabo en la casa Bonhams, en Nueva York, el 12 de mayo. La obra está valorada en 14 millones de dólares.
Kusama quiso enviar un mensaje por la pandemia que recuerda su vena rebelde de juventud: “Es el momento de que la gente de todo el mundo se levante. Mi profunda gratitud a todos los que están luchando. Revolucionarios del mundo por el arte”.