El gobierno de México entregó ayer el Premio Nacional de Derechos Humanos a la académica y feminista Rosa María Álvarez González, en reconocimiento a su lucha contra la violencia de género y una mención honorífica a Eduardo Cruz Moguel, activista contra las agresiones sexuales a niños y niñas.
Durante la ceremonia, realizada en la Secretaría de Gobernación, la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, destacó que Álvarez fue premiada “por su contribución en la construcción de estándares internacionales sobre perspectiva de género” y por sus aportes en el análisis de los feminicidios.
En ese contexto, recordó que la académica fue jueza ad hoc de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el caso del asesinato de tres mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, en 2001, conocido como Campo Algodonero, por el cual el Estado mexicano recibió una sentencia en contra en 2009, luego de que se comprobara la obstaculización del acceso a la justicia para las víctimas de violencia de género.
Álvarez González agradeció el premio recibido y destacó que el episodio de Campo Algodonero y la sentencia emitida por la CIDH obligaron a México a reconocer el clima de agresiones en contra de las mujeres, y a que toda muerte violenta sea investigada primero como un posible feminicidio.
Sin embargo, al mismo tiempo deploró que la “pandemia de violencia” en contra de la población femenina “sigue azotando a México”, como lo demuestra el “lamentable aumento de los asesinatos de mujeres durante los meses recientes”.