Durante la Cumbre de Líderes sobre el Cambio Climático, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió al gobierno de Estados Unidos financiar el programa Sembrando Vida en Centroamérica y conceder visas de trabajo y ciudadanía a los campesinos que reforesten por más de tres años.
Aseguró que México está reduciendo el uso de combustóleo o carbón para la producción de electricidad y evita el uso excesivo de combustibles fósiles.
En cuanto al fenómeno migratorio, López Obrador advirtió que éste no se resuelve con medidas coercitivas, sino con justicia y bienestar. “Es cosa de ordenar los flujos migratorios y darles cauce con humanismo y juicio político”, expuso.
La cumbre, realizada vía virtual, se inició al mismo tiempo que la conferencia de prensa en Palacio Nacional, de modo que tras una breve presentación de los temas domésticos, hizo una pausa para escuchar la apertura a cargo de Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, y luego al presidente Joe Biden, quien a lo largo del evento se ausentó en varios momentos, incluido el lapso en el que López Obrador dio su mensaje.
Tras la inauguración, el jefe del Ejecutivo siguió con su conferencia de prensa y expresó que se enlazaría después; mientras, el canciller Ebrard representó al país.
Pasadas dos horas, el Presidente mexicano tomó la palabra en la cumbre y explicó que aunque aquí se han descubierto tres grandes yacimientos de hidrocarburos, el petróleo se destinará a la demanda interna, y para modernizar las hidroeléctricas se cambiarán turbinas por equipos modernos. “La energía que se produce con agua es limpia y barata”, afirmó.
Como tercer punto señaló que Sembrando Vida –impulsado en su administración– “posiblemente sea el esfuerzo más grande de reforestación en el mundo”. Laboran 450 mil campesinos que a cambio de un jornal plantan árboles frutales y maderables en sus tierras.
Hasta ahora, abundó, se han sembrado 700 millones de plantas y el objetivo es llegar a mil millones, en un millón de hectáreas.
La “propuesta complementaria, con todo respeto”, expresó, es que Estados Unidos ofrezca a quienes “después de sembrar sus tierras durante tres años consecutivos” la posibilidad de obtener una visa de trabajo temporal, “y luego de otros tres o cuatro años podrían obtener hasta la residencia en Estados Unidos o su doble nacionalidad”.
Pidió a Biden ampliar juntos el programa en el sureste de México, en Guatemala, Honduras y El Salvador para sembrar 3 mil millones de árboles adicionales y generar un millón 200 mil empleos.
Argumentó que con 4 millones de hectáreas de árboles se absorben 70 millones de toneladas de dióxido de carbono, pero sobre todo aludió a la sensibilidad del estadunidense.