El déficit comercial de Estados Unidos con México, es decir, la diferencia negativa entre las mercancías y servicios que compra y vende a nuestro país, se duplicó en los últimos seis años, de acuerdo con datos oficiales.
Cifras de la Oficina del Censo, del Departamento de Comercio de EU, indican que en 2014 la balanza comercial con México tuvo un saldo negativo de 54 mil 722 millones de dólares y subió a 112 mil 722 millones de dólares en 2020.
El amplio superávit que mantiene México con EU ha encendido los focos de alerta en aquel país, al grado que el Departamento del Tesoro ha puesto a México en una lista de vigilancia que busca evitar que se abuse de prácticas monetarias.
Desde 2014 el déficit comercial de EU con nuestro país ha aumentado de manera constante; sin embargo, el mayor salto se dio de 2018 a 2019, cuando pasó de 78 mil 327 millones a 101 mil 400 millones de dólares, un aumento de 30 por ciento.
El mayor repunte en el desbalance comercial coincide con el primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando las exportaciones de México a aquel país se incrementaron 4 por ciento, mientras las importaciones cayeron 3.5 por ciento.
Estados Unidos es el mayor socio comercial de México, al grado de que alrededor de 80 por ciento de las exportaciones nacionales tienen como destino ese mercado.
De 2019 a 2020, el comercio bilateral entre ambas naciones se vio afectado por la pandemia de Covid-19; sin embargo, las importaciones mexicanas cayeron más que las exportaciones a Estados Unidos, lo que aumentó en más de 10 mil millones de dólares el saldo de la balanza comercial en favor de México.
Para Alfredo Coutiño, director para América Latina de la firma de análisis Moody’s Analytics, esta cifra fue la que terminó de alertar al gobierno de EU, pues hay la percepción de que en México existe una política fiscal austera que mantiene la demanda interna y las importaciones deprimidas, evitando un “rebalance automático”.
La semana pasada, al darse a conocer que México fue incluido por primera vez en un listado de países sobre los que EU realiza un monitoreo estrecho de su mercado cambiario, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público descartó sanciones por parte de aquel país o señalamientos de manipulación del tipo de cambio.
Coutiño coincidió con la interpretación de Hacienda, y agregó que la falta de incentivos fiscales en México se ha reflejado en la demanda interna, lo cual permite la existencia de un superávit comercial sin recurrir a un tipo de cambio depreciado, por lo que se evita ser calificado como “manipulador de moneda”.
Sin embargo, advirtió que México corre el riesgo de ser considerado un “manipulador fiscal”, cuyo objetivo es promover un superávit persistente, y obstruir el rebalance automático de las cuentas externas.