La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entregó ayer a la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados su cuenta anual 2020, en la cual destaca la reducción que tuvo la institución en sus ingresos propios debido a la pandemia y el confinamiento que esta impuso, así como la reorientación de recursos por la misma causa.
El rector de la máxima casa de estudios, Enrique Graue, puntualizó que 2020 fue un año difícil por el coronavirus, el cual obligó a realizar diversas actividades a distancia.
Othón Canales Treviño, presidente de la Junta de Patronos de la UNAM, subrayó que los egresos de la universidad ascendieron a 45 mil 527.7 millones de pesos, de los cuales, 47.3 por ciento (21 mil 280.4 millones) se destinó a la docencia en educación superior, 14 por ciento (6 mil 292.4 millones) a la docencia en enseñanza media y 26.4 por ciento (11 mil 905.6 millones de pesos) para la investigación.
En el rubro de extensión universitaria se canalizó 7.7 por ciento (3 mil 464.1 millones), y en gestión institucional 4.6 por ciento (2 mil 64.8 millones).
Por la suspensión de actividades derivadas del confinamiento, se erogó menos en energía eléctrica y otros rubros, como prácticas escolares, trabajo de campo y viáticos, pero al mismo tiempo se hicieron gastos no previstos como la adquisición de 25 mil tabletas con conectividad y 12 mil becas de conectividad.
En suma se dejaron de gastar mil 718 millones de pesos, pero esto no es un ahorro, pues en cuanto se reanuden las actividades se erogarán, explicó.
Luego de recordar que el financiamiento público que recibió la casa de estudios fue de 41 mil 319.5 millones, Canales Treviño subrayó que los ingresos propios se redujeron al pasar de 6 mil 10 millones en 2019 a 4 mil 208.9 en 2020, lo que representa una baja de 30 por ciento.
Presente en el acto, el titular de la Auditoría Superior de la Federación, David Colmenares, dijo que el ejercicio de la rendición de cuentas es fundamental y más cuando es de una institución como la UNAM.
Recordó que la ciudadanía demanda que las instituciones educativas sean ejemplo de probidad y uso racional del presupuesto.
