El uso de datos biométricos es una obligación para cualquier persona que desee abrir una cuenta bancaria de débito o crédito, en una medida que entró en vigor a finales de marzo y que amplió el uso de esta información personal como requisito para realizar operaciones financieras.
Desde hace al menos dos años, los más de 30 millones que utilizan los servicios de los bancos en sus dispositivos celulares han ido proporcionando información biométrica –huella, voz, rostro o iris–, la mayoría de las veces en cumplimiento de normas de la autoridad regulatoria y en otras como parte de las medidas de seguridad para la protección de las cuentas.
Instrucción de la CNBV al sistema financiero
En septiembre de 2018, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) emitió una circular en la cual solicitó a las instituciones financieras tener los datos biométricos de sus clientes, con el fin de aumentar la seguridad del sistema bancario mexicano y evitar el robo de identidad. La medida iba a entrar en vigor el primero de enero de 2019, pero tras diversas ocasiones en que se pospuso, desde el pasado 31 de marzo ya es requisito.
Previo a la pandemia, las instituciones financieras solicitaron a sus usuarios acudir a las sucursales para registrar sus huellas digitales. En un principio, se busca que al tenerlas, puedan verificarlas con la base de datos del Instituto Nacional Electoral (INE), a la que están conectados varios de los principales bancos del país, para asegurar la identidad de la persona que abre una nueva cuenta.
El proceso consiste en lo siguiente: un cliente que quiera abrir una cuenta que exceda 17 mil pesos mensuales deberá acudir a una sucursal con su identificación oficial y su CURP. El ejecutivo solicitará los documentos y pedirá el registro de sus huellas para cotejarlos con la base de datos del INE, lo que se hace en cuestión de segundos.
Una vez que la información es verificada, el banco la envía a sus propias bases de datos. Además de esto, hay instituciones que solicitan a sus clientes otro tipo de registros, como voz o identificación facial.
Citibanamex y Banco Azteca fueron de los primeros que solicitaban este tipo de registros, antes de que se pusieran en marcha las disposiciones oficiales. En el caso de BBVA y Banorte, es posible hacer operaciones en cajeros automáticos con el registro de la huella digital.
Aunque las disposiciones mencionadas anteriormente aplican para la apertura de cuentas, la banca digital ya usa datos biométricos para hacer operaciones.
Los dispositivos telefónicos inteligentes se conectan a las aplicaciones bancarias. En este sentido, uno de los principales requisitos que es solicitado por la banca móvil es iniciar sesión por medio de la huella digital registrada en el teléfono o por medio del reconocimiento facial.