La venta no autorizada o falsificación de vacunas contra el Covid-19 fue una constante durante el primer trimestre del año, pues la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) denunció cuatro hechos de comercialización ilegal de productos de Pfizer, AstraZeneca, CanSino y Sinovac, así como la existencia de biológicos apócrifos de Pfizer y el ruso Sputnik V.
Hasta ahora, ninguna empresa está autorizada para vender las vacunas en el sector privado. El registro otorgado en México para las cinco marcas comerciales mencionadas es para su uso de emergencia y están reservadas para el plan nacional a cargo del gobierno federal.
No obstante, desde los primeros días del año surgieron denuncias, como la del 5 de enero, cuando se dio a conocer sobre una página de Internet que ofrecía la vacuna de Pfizer, la cual aparentemente se traía del extranjero.
El 3 de febrero la empresa AstraZeneca se deslindó de la oferta de su producto en el sector privado a través de algún intermediario. El producto se ofrecía a través de redes sociales y vía telefónica.
El 15 de febrero, la Cofepris informó que en Internet éstas se atribuían a un laboratorio clínico y se ofrecía al público la venta de la vacuna de Pfizer. Dos días después, el organismo emitió una alerta por la falsificación de este mismo inmunógeno, el cual además, se aplicó a personas en Monterrey, Nuevo León.
En aquel momento, la Subsecretaría de Regulación y Fomento Sanitario de la Secretaría de Salud de esa entidad informó a Cofepris sobre el hallazgo de supuestas vacunas contra el Covid-19, en el negocio Spine Clinic by Imperio en San Nicolás de los Garza. La mercancía tenía incluso número de lote (783201) fecha caducidad de agosto de 2024. La agencia regulatoria confirmó que era un producto falso.
Otra alerta sanitaria se emitió el 26 de febrero cuando se identificó la oferta ilegal de vacunas chinas falsas de CanSino Biologics, Sinovac y Sinopharm. Esta última ni siquiera ha sido aprobada por Cofepris para su uso de emergencia en el país.
El caso más reciente ocurrió el 18 de marzo cuando en la aduana del aeropuerto de Campeche se detectaron supuestas vacunas contra Covid-19 rusas y seis días después se informó que dosis de este producto se aplicaron a trabajadores de una empresa en ese estado.
Desde el primer día, el Fondo Ruso de Inversión Directa afirmó que se trataba de una vacuna falsa. Sobre este caso, la Fiscalía General de la República inició una investigación que todavía está en curso.
En cada denuncia realizada, la Cofepris ha insistido en que la vacuna se aplica en México de manera gratuita y únicamente a través de la estrategia del gobierno federal, por lo que cualquier supuesto biológico que esté a la venta por cualquier vía física o electrónica es un fraude y representa un riesgo a la salud por ser de dudosa procedencia.