Moscú. A partir de este viernes, y a más tardar hasta el próximo primero de mayo, las tropas rusas que se concentraron a comienzos de abril en la frontera con Ucrania regresarán a sus lugares de emplazamiento permanente, lo cual es una buena noticia para rebajar la tensión y disminuir el riesgo del estallido fortuito de un conflicto armado.
Rusia, con esta decisión, confirma no tener la intención de invadir el territorio del vecino país eslavo como llegó a temer el gobierno ucranio. Lo que sí va a seguir haciendo es mover a sus tropas cómo mejor le parezca, como ahora dependiendo de lo que el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, llama “amenazante actividad militar” de los países que forman parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerca de las fronteras meridionales de Rusia.
Por esta razón, Rusia restringió por seis meses la navegación de buques de guerra extranjeros en tres zonas frente a la costa de Crimea, en especial cerca de la península de Kerch, cuyo estrecho tiene importancia estratégica al unir los mares Negro y de Azov.
La sorpresiva aparición de hasta 100 mil efectivos adicionales del ejército ruso, así como tanques, cañones y misiles, en la frontera con Ucrania y Crimea, según la explicación oficial, se debió a unas maniobras no planificadas que Shoigu clausuró este jueves.
“Considero que se cumplieron por completo los objetivos del repentino control y las tropas demostraron que están preparadas para asegurar una fiable defensa del país”, afirmó Shoigu al ordenar el repliegue del ejército 58 del distrito militar sur, el ejército 41 del distrito militar del centro, de las divisiones 7 y 78 de asalto y 98 de desembarco aéreo, entre otras unidades que participaron en los ejercicios.
El ministro de Defensa ruso se encuentra en Crimea, donde este jueves encabezó la última jornada de las maniobras, en la que intervinieron 10 mil paracaidistas, 40 aviones de transporte IL-76, 40 buques de guerra y 20 embarcaciones de apoyo logístico.
“Seguimos muy atentos el desplazamiento de las tropas de la OTAN en la zona de las maniobras que piensa llevar a cabo Defender Europe 2021. En Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria se crearon centros de coordinación para recibir a los efectivos de la alianza noratlántica y armamento”, señaló Shoigu.
Kiev recibió con alivio la noticia del retiro de las tropas rusas. En cambio, nada gustó allá la respuesta del Kremlin a la propuesta del presidente Volodymyr Zelensky a su colega Vladimir Putin, formulada el martes anterior, en el sentido de reunirse lo antes posible en “cualquier sitio del Donbás ucranio para aclarar al máximo la situación”.
Putin puso una condición que Zelensky no puede aceptar: “Surge la duda –se preguntó el titular del Kremlin– de qué quiere que hablemos en esa reunión. Si se trata de hablar de los problemas del Donbás, el mandatario de Ucrania primero tiene que hablar con los dirigentes de las (autoproclamadas) repúblicas populares de Donietsk y Lugansk (que ocupan sólo una parte de las regiones homónimas de Ucrania) y sólo después analizar los resultados de esas pláticas con representantes de terceros países, uno de los cuales es sin duda Rusia”.
Y le dio la vuelta a la iniciativa de su colega: “Pero si lo que quiere es hablar de cómo impulsar la relación bilateral, con mucho gusto recibiré al presidente de Ucrania en Moscú el día que le venga mejor”, dijo Putin.