Ciudad de México. La literatura “no es para decir lo terribles que son los otros sino para entenderlos”, dice la escritora colombiana Pilar Quintana, autora de Los abismos, ganadora del Premio Alfagura de Novela 2021, que será presentada este jueves.
En entrevista desde Colombia, la narradora menciona que con la escritura “me explico el mundo. Es curioso, porque no lo logro entender desde la realidad. Termino por comprender al otro sólo cuando me lo invento, cuando lo creo como una ficción”.
Quintana (Cali, Colombia, 1972) sostiene que “nos pasamos juzgándonos a nosotros mismos y a los demás. Juzgamos a las mujeres si hacen esto o no, si trabajan mucho o poquito, si fueron madres y no dieron teta o si dieron demasiada.
“Escribí para dejar de juzgar, para entender y ponerme en la posición del otro. Tal vez si yo hubiera nacido en la generación de la mamá de Claudia (protagonista de la novela), si no hubiera podido viajar por el mundo ni ir a la universidad y mantenerme sola, si hubiera dependido de mi papá y luego de un marido, tal vez yo también hubiera sufrido depresión, me hubiera buscado salidas teniendo affairs”.
La novela publicada por Alfaguara surgió, explica Quintana, cuando ideó escribir una historia desde un punto de vista infantil sobre la disolución de una familia, pero no lo consiguió y la abandonó. Tiempo después inició la narración de una adulta que va manejando por una carretera con curvas, abismos y mucha neblina. Le agregó un pasaje que le había contado su mamá sobre la desaparición de la madre de una amiga suya del colegio.
“Me parecía muy interesante la historia de la mujer desaparecida. Empecé a desarrollarla y a inventar la infancia de ese personaje. Cada vez se me ampliaba más el interés por explorarla y menos la historia que tenía planeada. Después de mucho pelear, me di cuenta de que la historia que quería ser contada era la de la niña y no la de la adulta que habla. Así se convirtió en Los abismos”.
Sobre el significado del título, Quintana menciona que en su narración hay abismos físicos como los de la carretera, el piso 18 en el que la niña Claudia mira con vértigo y la escalera “tremenda” del apartamento en el que vive desde muy pequeña, pero también se hallan “las brechas que van apareciendo en esa familia. Ella tenía la idea de una familia feliz y de repente aparecen las grietas que se van volviendo insondables”.
Atadas a un destino
Agrega que en su texto hay mujeres “que no parecieran muy dueñas de su destino, y cuando intentan tomar las riendas algo las sacude, la sociedad no se los permite. Están atadas a un destino del que quisieran huir. No son privilegiadas ni independientes, son de una época en que estaban condenadas a depender de los hombres alrededor de ellas, sus padres o sus maridos”.
La madre de Claudia fue impetuosa en su juventud, pero su papá le negó la posibilidad de tener una vida fuera de la norma o ser abogada. “Ahora tenemos a una mujer que parece resignada, pero ese ímpetu se le vuelve una oscuridad, un abismo: la depresión que no es reconocida. Todos los personajes hablan de rinitis, pero no encaran la realidad de que está profundamente deprimida”.
Esta situación se comparte con Amelia, Rebeca y Gloria Inés: “Ahí tenemos una idea de que las mujeres no están deprimidas, están locas o se cayeron porque estaban en un balcón mal paradas. Se usan eufemismos para nombrar sus males”.
Luego ocurre un giro dramático en la actitud de Claudia, quien “hasta el momento ha aguantado, ha sufrido, pero no ha cometido ningún acto malo o malvado o calculado. Aquí lo hace. No sabemos si por maldad, por cálculo o por salvar a su mamá, por salvarse ella”.
La autora relata que se ha asombrado de “encontrar lectores de España, de México, Chile y Argentina que me han dicho que la novela los hizo volver a sentirse niños, que su niño interior despertó. No me había imaginado que me dijeran ‘esa es mi niñez’, que vieran reflejadas sus preocupaciones, frustraciones, miedos y dolores infantiles en la novela”.
Sobre la conclusión de Los abismos, Quintana aclara que no cree en los finales definitivos. “No sería capaz de hacer un final cerrado en una novela. A menos que sea la muerte del personaje, pero incluso ahí sería un puntito más allá para que veamos que la vida continúa para los demás. En mis novelas es como decir pasó esto y la vida continuó. Me parece más honesto”.
La novela Los abismos será presentada hoy a las 19 horas con una charla entre Pilar Quintana y Melba Escobar, en la página en Facebook de Hay Festival ESP.