Ciudad de México. En las conferencias matutinas se defiende la institución presidencial de los ataques del “partido conservador”, que a través de una campaña mediática “armonizada y orquestada” pretende ganar la Cámara de Diputados, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por tanto, advirtió, el Instituto Nacional Electoral (INE) no tendría argumentos para bajar sus conferencias de prensa de las redes sociales.
“No podrían hacerlo, porque es mi derecho de manifestación, es mi libertad y eso está por encima de cualquier otra disposición o reglamento. ¡No! imagínense, sería un golpe de Estado técnico.”
En Palacio Nacional, otra vez ante los reproches de sus detractores, salió al paso de la nueva versión en torno a la extensión del mandato de Arturo Zaldívar presidente de la Suprema Corte, hecho que de concretarse significaría un ensayo para la relección presidencial: “no, no soy como ellos”, el último día de septiembre de 2024 “me jubilo y me voy a vivir con mi pensión del Issste, me voy a Palenque a escribir”. Sobre Zaldívar afirmó que la consejería jurídica de la Presidencia aseguró que no es inconstitucional alargar el periodo de funciones, pues “para eso se necesita una gente honrada como el ministro Zaldívar. Si no es él, van a quedar como letra muerta las leyes que se aprobaron para renovar el Poder Judicial”.
La argumentación del tabasqueño en torno a la importancia de sus mensajes cotidianos fue amplia, porque sin ese vehículo de comunicación política “nos rodearían, nos cercan y toda la campaña (de los conservadores) sería lo único que prevaleciera. Es que están también afectando la institución presidencial, no me puedo quedar callado. Es todos los días, un día sí y el otro también, de campaña.”
Cuando se le interrogó por la decisión del gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, quien expropió el Club Campestre de Tijuana, advirtió “tengo que verlo bien”, para no hacer juicios sumarios ni condenar a nadie. Y de ahí pasó a las campañas electorales del PAN, el PRI y del PRD, sin mencionarlos.
“No se unieron para ver quién gana una gubernatura, presidencias municipales, diputaciones locales, no, no, el propósito es la Cámara de Diputados, porque les incomoda muchísimo, sobre todo la política social. Les genera mucho coraje el que se ayude a los jóvenes, a los adultos mayores, que se den las becas. Les molesta, aunque parezca increíble, la atención médica y los medicamentos gratuitos. Entonces, ellos quisieran manejar el presupuesto.”
López Obrador no se refirió a ningún instituto político, ni habló del proceso electoral, sí lo hizo del partido conservador, “que ni registro tiene”, y para enfrentar la campaña de ese grupo indefinido abiertamente, mostró una lámina de la encuesta publicada el viernes pasado en un diario, donde se presenta la tendencia a favor de Morena (con 49 por ciento) para mantenerse como fuerza mayoritaria en San Lázaro.
El mandatario insistió en el derecho que “tengo a informar a la gente” de la realidad nacional, por que “queremos la transformación.
“Cuando la gente diga que ya no quiere que yo esté, me voy. Yo llegué aquí no para detentar el poder, llegué aquí para transformar a México. Me interesa que no haya la monstruosa desigualdad que hay actualmente.”