Berlín. Los conservadores alemanes eligieron ayer al centrista Armin Laschet para contender en los comicios de septiembre, cuando se elegirá al sucesor de la canciller federal Angela Merkel, pero las divisiones internas sufridas pueden dejar huellas, por lo que el vencedor hizo un llamado a la unidad.
Laschet, quien preside desde enero la Unión Cristiana Demócrata (CDU), el partido de Merkel, logró imponerse a Markus Söder, líder de la pequeña formación bávara Unión Cristiana Social (CSU), luego de una guerra interna feroz.
El también primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania, hizo un llamado a la unidad tras obtener 77.5 por ciento de los votos. “Ahora lo importante para la alianza CDU y su partido hermano CSU, es entrar en la pugna electoral como un solo equipo”, sostuvo Laschet.
Pese a una caída en los sondeos, la derecha es la principal fuerza política alemana y Laschet, de 60 años, está en buena posición para remplazar a Merkel, quien abandonará el gobierno tras 16 años al frente.
La canciller federal envió sus “cálidas felicitaciones” al aspirante, al igual que otros dirigentes políticos.
Los conservadores se han debilitado por varios escándalos de corrupción. Laschet tendrá que unificar a la derecha frente a la amenaza del Partido Verde, muy disciplinado, que cuenta con una intención de voto de entre 20 y 23 por ciento, al tiempo que la votación que se pronostica para los conservadores es de entre 27 y 28 por ciento.
Los sondeos muestran que la segunda fuerza electoral en el país son Los Verdes, relegando al Partido Social Demócrata, que tradicionalmente era el principal rival de los conservadores. Annalena Baerbock, jurista de 40 años, será la candidata de los ecologistas.
“Hoy comenzamos un nueva capítulo para nuestro partido y, si lo hacemos bien, para nuestro país”, declaró Baerbock, cuya propularidad creció en los últimos meses luego de criticar al gobierno por su gestión de la pandemia.