La Superliga duró nada. Se derrumbó como era previsible tras la salida de los clubes ingleses y se intuía que habría desbandada. Los italianos Juventus, Inter y AC Milán, y el Atlético de Madrid, dieron marcha atrás y han dejado sólo al Real Madrid y Barcelona en una liga imposible.
Uno tras otro, los seis rebeldes ingleses —Manchester United, Arsenal, Chelsea, Tottenham y Manchester City y Liverpool— renunciaron, seguidos hoy de los italianos y del Atlético de Madrid. Oficialmente quedan solo dos clubes participantes: los españoles Real Madrid y Barcelona en una competencia que ha colapsado con la deserción.
El Atlético dijo que su Consejo de Administración tomó la decisión este miércoles. Añadió que las “circunstancias” que le permitieron sumarse a la nueva liga el lunes “a día de hoy ya no se dan”.
“Para el club es esencial la concordia entre todos los colectivos que integran la familia rojiblanca, especialmente nuestros aficionados”, añadió. “La plantilla del primer equipo y su entrenador han mostrado su satisfacción por la decisión del club, al entender que los méritos deportivos deben primar por encima de cualquier otro criterio”.
El AC Milán se bajó del proyecto unas horas después que el Atlético y el Inter de Milán lo habían hecho.
“Las voces y preocupaciones de los aficionados de todo el mundo sobre la Superliga han sido claras, y el Milán debe ser sensible a la opinión de los amantes de este maravilloso deporte", dijo el club italiano.
La Juventus procedió instantes después, pero sin renunciar a que la Superliga puede ser realidad en el futuro.
Andrea Agnelli, presidente de la Juve, admitió que tienen pocas posibilidades de continuar con el modelo original; sin embargo, defendió las motivaciones que dieron origen.
El colapso del torneo de élite no queda en el olvido para la UEFA. “El proyecto ya ha tenido consecuencias de una cierta manera, porque (los clubes fundadores) tienen que vivir con su vergüenza", declaró Karl-Erik Nilsson, uno de los vicepresidentes de la confederación europea, quien anticipó que deben existir otras “consecuencias”.
Para el titular de la liga española, Javier Tebas, todo esto se trató de un “ridículo”. “El concepto de Superliga ha hecho el ridículo y ha demostrado una ignorancia importante de sus líderes en lo que es la industria y los aficionados en el mundo, no solo en España", dijo Tebas.
Y para reconciliarse con los aficionados en Reino Unido, donde manifestaron el rechazo frontal desde el inicio, el dueño del Liverpool John Henry difundió un video con sus disculpas: “Lo lamento. Es algo que no olvidaré y ratifica el poder que tienen los hinchas hoy en día y que con todo derecho seguirán teniendo”.
El rechazo popular en Inglaterra fue contundente y recibió el apoyo del gobierno, cuyo primer ministro Boris Johnson advirtió que utilizaría recursos como impuestos y obstáculos migratorios para impedir el flujo de jugadores de los equipos disidentes.
Los efectos en otros terrenos ya son notorios. Si con el anuncio de la Superliga las acciones de la Juventus y el Manchester United, los únicos que cotizan en mercados bursátiles, tuvieron alzas; hoy La Vieja Señora se desplomó en la Bolsa de Milán, con una caída de más de 13 por ciento.