Moscú. Rusia anunció ayer su intención de construir el primer módulo de su propio laboratorio espacial para 2025, después de que el gobierno sugirió que podría abandonar la Estación Espacial Internacional (EEI).
“El primer módulo básico para la nueva estación orbital rusa ya está en construcción”, señaló Dmitri Rogozin, jefe de Roscosmos, en la aplicación Telegram.
“El propósito es que esté listo para ser puesta en órbita en 2025”, precisó.
Este anuncio se produce después de declaraciones de las autoridades rusas sobre sus planes espaciales.
El domingo, el viceprimer ministro ruso Yuri Borísov dio a conocer la intención de su país de retirarse de la EEI, en la que participan también Estados Unidos, la Agencia Espacial Europea, Japón y otras naciones. Afirmó que está muy obsoleta.
La construcción de la EEI se inició en 1998, su vida útil expiró en 2015, pero se extendió primero hasta 2020 y luego a 2024.
Rusia cuenta con avanzadas tecnologías para construir sus propias estaciones espaciales habitadas de forma permanente. En 1971, la entonces Unión Soviética puso en órbita su primera plataforma orbital Saliut 1 que marcó un gran hito en la era espacial de la humanidad.
Luego vendrían otras cinco estaciones de la misma serie. En 1986 comenzó a construir la famosa estación Mir, que orbitó la Tierra varios años hasta que en 2001 fue hundida en el océano en una operación controlada.
La futura estación espacial rusa tendrá estructura modular y constará inicialmente de cinco módulos, uno con ventanas de observación de gran tamaño y conexión WiFi para albergar turistas espaciales.
Borisov había sugerido que Moscú se retiraría de la EEI en 2025 para centrarse en la construcción de su propia estación. Roscosmos matizó esas palabras y sostuvo a Afp que la decisión se tomaría después de 2024 “sobre la base del estado técnico” del laboratorio.
Según Moscú, la central internacional deja qué desear, con módulos que “casi han llegado al final de su vida”.
A principios de abril, el director de vuelo del segmento ruso de la EEI, Vladimir Soloviev, había estimado que la vida útil del laboratorio orbital podía prolongarse hasta 2030, pero que esperaba “una avalancha de fallas” a partir de 2025.
Borisov subrayó el lunes que el estado de envejecimiento de la Estación Espacial Internacional presagiaba una “catástrofe”.
“No podemos poner en peligro la vida” de los cosmonautas, destacó. En su opinión, la futura estación espacial rusa podría colocarse en una órbita más alta que el laboratorio internacional y servir de “punto de transferencia intermedio para vuelos a la Luna”.
La explotación de la Estación Espacial Internacional es uno de los pocos ámbitos de cooperación entre Rusia y Estados Unidos, que pasan por un periodo de tensiones exacerbadas desde 2014.