La crisis migratoria en Norte y Centroamérica se ha intensificado desde hace poco más de una década y se necesitan estrategias urgentes para resolver las necesidades más apremiantes de la población del llamado Triángulo Norte y del sur de México, coincidieron funcionarios y diplomáticos de la región.
Urge crear empleos en esa zona; expandir hacia América Central las cadenas de valor que mantienen Canadá, Estados Unidos y México; impulsar programas de trabajadores temporales, así como invertir importantes recursos en las zonas rurales, subrayaron ayer durante el foro virtual “Centroamérica: el dilema de la inmigración y las causas fundamentales”, convocado por la Sociedad y el Consejo de las Américas.
El enviado especial del gobierno de Estados Unidos al Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga, planteó que, desde 2009, cada año alrededor de uno por ciento de la población de Guatemala, Honduras y El Salvador migra de manera irregular hacia el norte.
También enfatizó que “no hay absolutamente ninguna posibilidad de abordar y resolver esta dinámica, a menos que creemos empleos en Centroamérica. Éstos ya no son países pequeños, juntos tienen 32 millones de habitantes y un porcentaje enorme de ellos viven en muy malas condiciones”.
Indicó que el comercio bidireccional entre Estados Unidos y Centroamérica alcanza un valor de 57 mil millones de dólares, por lo que es una región de oportunidades.
La ex embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, destacó la coincidencia del presidente Biden con la iniciativa de su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador, respecto de atender las causas fundamentales de la migración.
Asimismo, consideró relevantes las propuestas que el mandatario mexicano hará al estadunidense con el fin de aplicar en Centroamérica programas sociales emprendidos por su administración, como Sembrando Vida, para invertir en áreas rurales y generar miles de empleos, además de ayudar al impulso de la economía centroamericana y recuperar la circularidad de la migración, fortalecer la región y crear visas de trabajo temporales.
La recién nombrada embajadora eminente subrayó también la necesidad de expandir las cadenas de valor regionales de Estados Unidos-Canadá-México para incluir a Centroamérica. Sectores como el turismo sostenible y la manufactura están maduros para una mayor integración regional, dijo.
Por separado, 97 académicos de universidades de México y Estados Unidos, especialistas en el tema, aseguraron que para evitar una crisis humanitaria ante el aumento de los flujos migratorios en su frontera común, los gobiernos de ambos países deben evitar militarizar la atención a ese fenómeno y reducir las barreras logísticas para los solicitantes de asilo.