Esta concentración, enfatizó, se ha centrado en desigualdades, bloqueos comerciales de insumos y ausencia e insuficiencia de biológicos para América Latina y el Caribe.
Al participar vía virtual ayer en el debate de alto nivel del Consejo de Seguridad sobre “Cooperación entre las Naciones Unidas y organizaciones regionales y subregionales para promover la confianza y el diálogo en la prevención y resolución de conflictos”, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores destacó la relevancia de las organizaciones locales para impulsar el acceso equitativo a las vacunas.
En su intervención remarcó que estas instancias deben desempeñar un papel central contra la pandemia y sumar esfuerzos para lograr la instrumentación efectiva de las resoluciones 2565 del Consejo de Seguridad y 74/274 de la Asamblea General de la ONU, las cuales exhortan a la cooperación internacional como herramienta para garantizar el acceso a medicamentos, vacunas y equipo médico, así como hacer frente a la crisis sanitaria.
Los dos documentos son un llamado a “que se reconozca a las vacunas como un bien público global y se apliquen, sin exclusiones, en todos los países, incluidos, por supuesto, aquellos que se encuentren en conflicto”, aseveró.
En el caso de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) –conformada por 33 países de la región y cuya presidencia pro témpore recae en México– se impulsa la integración de América Latina y el Caribe, y producir sus propios insumos y antídotos a fin de contrarrestar el acaparamiento.
“Nuestro objetivo estratégico es contar con vacunas propias para garantizar la inmunización de todos los países de la comunidad lo más pronto posible, vistas las severas restricciones que enfrentamos en el acceso y que muestran una concentración increíble, sin precedentes”.
Entre las estrategias está la colaboración con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe para realizar un estudio del impacto económico de la pandemia en la región, y el diseño y operación de un plan integral de autosuficiencia en biológicos y medicamentos.
Además, agregó, la cooperación entre los países de la Celac permitió la instalación de una red de especialistas en virología; la producción regional de la vacuna AstraZeneca –un esfuerzo entre Argentina y México–, con lo que se pretende contar con hasta 250 mil dosis para las naciones de la región, y el impulso a proyectos para desarrollar antídotos latinoamericanos, que tienen en etapas preclínicas o clínicas vacunas desarrolladas por Argentina, Brasil, Cuba, Chile y México.