Puro en mano, trajeado, sonriente, dejando como garantía judicial más de 50 inmuebles y a bordo de una camioneta Mercedes-Benz, el empresario Alonso Ancira dejó el Reclusorio Norte ayer a las siete y media de la noche.
Hizo un buen negocio para recuperar su libertad, condicionada al cumplimiento de los pagos comprometidos, con el proceso penal en suspenso hasta el finiquito de esas obligaciones: desembolsará 216.6 millones de dólares en tres pagos, a cumplirse en sendos noviembres venideros (los 30 de ese mes de 2021, 2022 y 2023), gracias a un “acuerdo reparatorio” al que llegó con Petróleos Mexicanos (Pemex), dirigido por Octavio Oropeza.
Ancira, a quien llamaban “El Rey del Acero» y era el accionista mayoritario de Altos Hornos de México (AHMSA), fue arrestado en mayo de 2019 en Palma de Mallorca, España, y en noviembre de 2020 le confirmaron que era procedente la solicitud mexicana de extradición, que se cumplió el 3 de febrero del año en curso.
Dos meses y medio estuvo Ancira en prisión mexicana y durante ese tiempo se realizaron diversas negociaciones en busca de que el empresario resarciera el daño causado al interés nacional a la hora de vender con un gran y evidente sobreprecio la planta Agronitrogenados, en una trama sucia en la que estuvieron involucrados Emilio Lozoya, entonces director de Petróleos Mexicanos, y la vertiente en México de Odebrecht, la compañía brasileña promotora de “negocios” corruptos con políticos y gobernantes en países de Latinoamérica.
Odebrecht, a través de una de las firmas pertenecientes a su entramado corruptor, trianguló millones de dólares, semanas después de la compraventa de Agronitrogenados, para que acabaran en poder del citado Lozoya, quien había sido coordinador de asuntos internacionales de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, en 2012.
Ayer mismo, algunas voces consideraron que es mejor recibir un pago de 216.6 millones de dólares que mantener en la cárcel durante años a Ancira. Lo preocupante es que esa cantidad es conservadora en cuanto al daño causado a la economía nacional, pues Lozoya invirtió cientos de millones de dólares en rehabilitar o darle cierta apariencia de rehabilitación a Agronitrogenados, una empresa chatarra que tenía 14 años sin funcionar.
El Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (Poder, “una organización regional, de la sociedad civil”) ha publicado su asombro ante la cantidad que habrá de erogar Ancira, pues señala que, en total, “la suma pagada por Pemex a AHMSA alcanzó 760 millones de dólares, por encima de los 450 millones de dólares estimados en un primer momento y con 60% de la planta inservible”.
También se recuerda en el portal de Poder el papel clave de Juan Manuel Carrera Panizzo, quien fue director de PMI Comercio Internacional –subsidiaria de Petróleos Mexicanos–, en las maniobras delictivas para declarar de manera documental, aunque no lo fuera en la realidad, a Agronitrogenados como una empresa viable, funcional, susceptible de ser comprada en lo que su ex compañero de licenciatura en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el citado Lozoya, fijaba como meta para consumar otro “negocito”. Aparte de una inhabilitación para ejercer cargos públicos durante 10 años, la Secretaría de la Función Pública determinó aplicar una sanción resarcitoria por 4 mil 200 millones de pesos, que no se ha cumplido. Hasta ahora, Carrera Panizzo disfruta de total impunidad (https://bit.ly/32tyTUH).
En otro tema: le ha llegado el turno de la comparecencia judicial a Miguel Ángel Yunes Linares, ex priísta que fue operador de Elba Esther Gordillo, por cuya gracia ocupó la jugosa dirección general del Issste (como parte de los pagos políticos de Felipe Calderón a la profesora por su ayuda en el fraude electoral de 2006) y con quien terminó peleado, pasando al Partido Acción Nacional, a cuya sombra fue gobernador interino de Veracruz durante un par de años, con dos de sus hijos como partícipes en los rejuegos políticos de esa entidad. ¡Hasta mañana!
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